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INFORME: Los argumentos de Borrell contra las desaladoras

Las razones que esgrimía entonces Borrell a favor de los trasvases chocan con la estrategia que sigue ahora la ministra Narbona, en su día día número dos de Borrell: que las desaladoras para el suministro de agua de consumo humano en la Comunidad Valenciana o Cataluña “no tienen sentido, disponiendo, como se dispone, de flujos de agua mucho más cercanos, cuyo coste de suministro a través de infraestructuras de transporte sería muchísimo menor”, en aparente referencia al Ebro.

(Libertad Digital) La carta que el entonces ministro de Medio Ambiente remitió al titular de Industria, Juan Manuel Eguiagaray, en marzo de 1995 recoge los argumentos de Borrell a favor de los trasvases y en contra de las desaladoras, por las que ahora apuesta Narbona.
 
La carta, de seis páginas, fue enviada al ministro de Industria el 9 de marzo de 1995. Entonces, la número dos de Borrell era Cristina Narbona, secretaria de Estado y ahora ministra de Medio Ambiente. En el texto, el titular de MOPTMA (Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente) rechazaba la creación de desaladoras y defendía los trasvases.
 
Precios reales "infundados"
 
Explicaba a Eguiagaray que el precio del metro cúbico del agua desalada que había previsto el Ministerio de Industria sería al final muy superior (hasta el doble) y que “conviene subrayar esto para tener clara conciencia de lo que estamos hablando y no levantar expectativas que pueden resultar totalmente infundadas... Desalar agua de forma masiva no es un procedimiento que se pueda considerar viable para el sector productivo agrario, ni siquiera en las zonas de mayor rentabilidad del Mediterráneo”.
 
Tras exponerle con ejemplos el coste mucho más elevado de la desalación frente al trasvase, Borrell apuntaba que “a pesar de esta desproporción de costes, si no se pueden hacer trasvases por razones políticas o ambientales la desalación es una opción que debe considerarse como alternativa”.
 
Impacto ambiental de las desaladoras
 
También aprovechaba Borrell para recordar a Eguiagaray que el agua producida por el método de la desalación “no es viable económicamente para ser utilizada como agua de riesgo sino sólo para abastecimiento humano”, al tiempo que le llamaba la atención sobre el “fuerte impacto ambiental” de la alternativa de la desalación “por su elevado consumo energético”.
 
Cinco meses después de exponer al ministro de Industria sus argumentos, Borrell fue todavía más claro en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo: "No es posible una solución al problema del agua en España que excluya los trasvases" y responsabilizó a las comunidades autónomas de no efectuar sus respectivos planes hidrológicos.

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