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El PIB creció en el segundo trimestre un 2,6 por ciento, una décima menos que en el anterior

El Producto Interior Bruto (PIB) creció en el segundo trimestre el 2,6 por ciento en relación al mismo periodo del 2003, según los datos de la Contabilidad Nacional difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta tasa de crecimiento es una décima inferior a la del primer trimestre (ha sido revisada desde el 2,8 al 2,7 por ciento) y dos décimas más baja que la del último trimestre del 2003.

L D (EFE) El avance del PIB entre abril y junio fue resultado de un incremento de la demanda interna del 3,9 por ciento (frente al 3,6 por ciento del trimestre previo) y una aportación negativa de 1,3 puntos (cuatro décimas más) del sector exterior.

El crecimiento, que es dos décimas más bajo que el del último trimestre de 2003, hizo posible un aumento del empleo del 2 por ciento, con 323.000 nuevos puestos de trabajo.

Dentro del consumo, el gasto privado creció el 3,2 por ciento (una décima menos) y el público, el 4,3 por ciento, igual que el trimestre precedente. En cuanto a la inversión, destaca la expansión del componente de bienes de equipo, que pasa de caer el 0,4 por ciento a crecer el cuatro por ciento, en tanto que la construcción pasó del 4,3 al 4,2 por ciento, lo que confirma, según el INE, la moderación de su ritmo de avance.

En el sector exterior, se desaceleraron las exportaciones, desde el 5,5 al 4,7 por ciento, mientras que las importaciones avanzaron el 8,1 por ciento (tres décimas más), lo que arrojó una mayor contribución negativa al crecimiento del PIB, de 0,9 a 1,3 puntos.

Desde el punto de vista de la oferta, el INE reseña el tono menos expansivo que muestran, en general, los distintos sectores, excepto la industria, cuyo crecimiento se acelera un punto, hasta el 2,4 por ciento. En relación con el mercado laboral, el INE destaca la recuperación parcial del tono contractivo de las ramas industriales y la desaceleración generalizada en las restantes ramas, en especial la construcción, con un crecimiento de la productividad del 0,6 por ciento, igual que en el periodo previo.

La remuneración de los asalariados se desaceleró tres décimas, hasta el 5,9 por ciento, sobre todo por el menor avance del número de asalariados. Esta evolución, unida a la de la productividad, dio lugar a la estabilización del aumento del coste laboral unitario en el 3,2 por ciento.

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