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SCH acelera la compra de Abbey reduciendo a la mitad su participación en Royal Bank

El Santander ha vendido a inversores institucionales el 2,51 por ciento del Royal Bank of Scotland por 1.843 millones de euros, lo que le ha supuesto unas plusvalías de 472 millones de euros. Además, la entidad española ha renunciado a su presencia en el Consejo de Administración con lo que despeja el camino para la compra de Abbey y deja sin argumentos al británico HBOS, que pidió a la Comisión Europea que no aprobara la operación por este cruce de participaciones.

L D (EFE) El Santander se ha desprendido en esta operación de 79 millones de acciones del Royal, a razón de 15,50 libras cada una, con lo que mantiene otros 79,8 millones, que representan un 2,54 por ciento del capital.

La entidad, que se ha comprometido a no vender más acciones del RBS en los próximos noventa días, utilizará los 472 millones de plusvalías para la financiación general de su actividad y para fortalecer su solvencia.

Además, el Santander ha llegado a un acuerdo con el Royal para modificar varios aspectos de la alianza que suscribieron ambas entidades en 1988, que incluye, además de la retirada de sus respectivos consejeros, otros asuntos relativos a "actividades conjuntas o de cooperación comercial", añade la nota.

El Santander pone así un punto y aparte a un periodo de quince años de colaboración en el que ambos bancos se han prestado apoyo financiero mutuo en importantes operaciones como la compra del portugués BCI por parte del Santander en 1993, la adquisición del británico Natwest por el Royal, en 2000, o la compra del brasileño Banespa por parte del Santander, en el mismo año.

El presidente del Santander, Emilio Botín, justifica la ruptura de esta añeja colaboración al asegurar que "hemos disfrutado de una alianza estratégica con RBS durante más de 15 años, pero, como ocurría desde hace algún tiempo, la dimensión de nuestra participación recíproca ya no es esencial para nuestra relación".

Fuentes del banco aseguraron que la compra del Abbey compensa la ruptura de la alianza con el Royal, ya que ésta no se había reflejado prácticamente en la cuenta de resultados de los últimos años, a diferencia de lo que ocurrirá con su nueva filial. Desde el banco recuerdan que el objetivo inicial de la alianza no era sólo prestarse apoyo financiero mutuo e intercambiar conocimientos de mercados, sino que también contemplaba aspectos comerciales que finalmente nunca se desarrollaron.

Con esta tesitura, tiene explicación que Emilio Botín quiera prescindir de una parte importante de su relación con el Royal para embarcarse en una verdadera unión comercial con el Abbey, en el que podrá implantar sus propias estrategias sin estar sometido a la opinión de un aliado. No obstante, desde el banco afirman que no se ha roto totalmente la alianza con el Royal, ya que mantienen un 2,51 por ciento de su capital, al tiempo que el grupo británico seguirá siendo su primer accionista, con el 2,834 por ciento de las acciones, incluso por encima de la familia Botín, que posee el 2,186 por ciento.

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