El creador de “Matanza cofrade” niega su responsabilidad y tacha de “ligeras” las acusaciones

 

L D (Agencias) J.C.C.S, informático de Utrera (Sevilla) al que la Fiscalía de Sevilla y las hermandades de la Macarena, San Bernardo y Gran Poder solicitan un año de cárcel y una multa total de 7.920 euros, detalla en su escrito, según informa Europa Press, que su única culpa es haber realizado una “demo privada” del juego, que en ningún momento trató de comercializar.

Según las declaraciones realizadas a Europa Press por el letrado Rafael Guillén, quienes pudieron incurrir en delito fueron "otras personas", no sus clientes. Guillén lamentó que se haya perdido la “oportunidad” de procesarlas y que tanto la Fiscalía como Hermandades hayan planteado sus acusaciones "muy a la ligera y de manera superficial", en una calificación "incorrecta procesalmente y en el fondo".

Los jugadores de “Matanza cofrade” debían disparar contra nazarenos y mujeres de mantilla transformados en zombis, sobre un fondo en el que se veía a las imágenes del Gran Poder, la Macarena y San Bernardo.

El fiscal imputa al informático un delito del artículo 273 del Código Penal, que prevé una pena de entre seis meses y dos años de cárcel por utilizar cualquier objeto o patente con fines comerciales y sin autorización del titular de los derechos.

La fiscalía también se acoge al artículo 525 del Código Penal, que prevé una multa de ocho a doce meses con cuota diaria según la capacidad económica del acusado, para quienes "mediante cualquier tipo de documento" hagan "escarnio de los dogmas, creencias, ritos y ceremonias" de cualquier religión y quienes la profesan.

La denuncia por estos hechos fue presentada por la hermandad del Gran Poder de Sevilla, personada como acusación particular, al tener conocimiento de que el grupo de "heavy metal" denominado "Narco" iba a repartir Matanza cofrade con los 5.000 discos de su trabajo "Penados y rebeldes". La Guardia Civil retiró en noviembre de 2002 estos discos del mercado, aunque el juego continuó en la Red durante varios meses.

El principal imputado se acogió a su derecho a no declarar cuando fue citado ante el juez. Su defensa utilizará en el juicio la sentencia de la Audiencia de Sevilla del pasado 11 de junio, que absolvió en un caso parecido a un joven que distribuyó en Internet imágenes obscenas de la Virgen de la Esperanza de Triana con un órgano sexual masculino. La sentencia estableció que las imágenes denunciadas constituían una crítica "burda y poco refinada" pero "a todas luces amparada por su derecho a la libertad de expresión".