(Libertad Digital) A medio camino entre la asunción de errores de Gallardón y la denuncia de la infamia del 11-M formulada por Zaplana y Acebes, Mariano Rajoy, ya nuevo presidente nacional del PP presentó su candidatura con una confesión: “pensé en dimitir”.
El discurso de Rajoy comenzó por un encendido elogio a los dirigentes y militantes del PP en los peores momentos. “Estoy orgulloso de mi partido y de todos vosotros”, dijo el secretario general. “No os venció el desánimo. Nadie contaba con aquél resultado de marzo”. De hecho, destacó Rajoy que ,poco después de la masacre de marzo y de la derrota electoral “hubo un aluvión de nuevos afiliados que se acercaron a arrimar el hombro y echar una mano”. En definitiva –agradeció Rajoy–, “recibisteis la derrota con entereza”.
La siguiente línea de su discurso fue resaltar la rapidez con la que, a su juicio, el PP recompuso su acción: “Antes de que el Gobierno intentara descubrir por dónde soplaba el aire levantamos una oposición rigurosa, que no tiene mucho mérito –ironizó– pero las cosas son como son”. Para Mariano Rajoy “España, hoy por hoy, cuenta con una oposición más consistente que el Gobierno”. Esa idea le llevó a afirmar que “estamos en pie y dispuestos para gobernar en cualquier momento”.
De nuevo, ovación a Aznar. Después, la confesión
Mariano Rajoy quiso rendir homenaje al ex presidente del Gobierno José María Aznar que, cmo destacó Rajoy, “esta vez, no sube a la tribuna a ofrecer su candidatura”. Adelantando saber que a Aznar no le gustra que hablen de él cuando está presente, insistió: “No tengo mas remedio” que hacerlo. En ese momento fue interrumpido por una larga ovación que Aznar recibió y agradeció poniéndose de pié. “El mejor presidente del Gobierno que hemos conocido en España”, dijo Rajoy de Aznar. Y una de las muestras de que eso es verdad, aclaró, lo confirma “lo bien que lo manifiestan en el afán con el que le persiguen y le acosan porque saben lo que vale y lo que representa”. Pero, “no lo van a conseguir” enfatizó Rajoy de nuevo entre aplausos. “La Historia pondrá a todos en su sitio”. Llegó el momento de cambiar de asunto de una forma un tanto extraña: “Pero vamos al grano porque no conviene olvidar que yo he subido aquí a presentar mi candidatura”. Leves aplausos por lo desafortunado del registro.
“No me recomienda nadie. Soy yo por mi cuenta y riesgo el que os pido que confiéis en mí”. Admitió Rajoy que es una “decisión que yo he madurado durante meses y no ajena a lo que ocurrió el 14 de marzo”. Ahora sí, fue al grano: “No tiene sentido callar lo que uno lleva dentro. Tras el 14-M mi primera reacción fue dimitir. Lo pensé. Habíamos perdido y yo era el candidato”. Pero, después de un silencio, explicó que “tardé poco en comprender que no podíamos abandonar el partido porque habíamos sufrido una conmoción inaudita. Comprendí que nuestro partido tenía que levantar cabeza de inmediato. Había mucho que hacer. No me sentí con derecho a solicitar que se me reemplazara. Me hubiera sentido enormemente mezquino”.“Mi deber era continuar y dirigir el partido hasta este congreso. Sentí el apoyo directo de los militantes y de los votantes de nuestro partido. Yo que soy hombre de múltiples defectos pero mayor para distinguir entre un apoyo sincero y lo que no lo es. Y allí, percibí un apoyo sincero. Y además, por qué lo voy a ocultar, lo que me pedía el cuerpo era seguir en la brecha, porque mi vocación es la política, le he dedicado bastante más de la mitad de mi vida y lo que me queda”, dijo Rajoy.
"No nos piden que demos volteretas de titiritero"
El secretario general del PP agradeció a su partido que haya aprobado la gestión de la dirección estos meses porque “por eso puedo yo subir a esta tribuna, exponeros mis planes y pediros que me apoyéis. Soy consciente de las responsabilidades que asumo ante vosotros y la sociedad española. No soy recién llegado ni a esta casa ni a la política, se lo que es un partido y lo que es mi partido, el Partido Popular”, dijo, recordando que empezó en la política y el partido desde abajo para llegar a lo más alto. Rajoy dijo que “nos aguarda una gran tarea y necesitamos un partido fuerte, eficaz, unido y realista. Nuestras ambiciones son muy grandes, somos un partido de gobierno, no aspiramos a menos. Necesitamos el apoyo de la sociedad para gobernar en España y hay que reforzar el partido”. El dirigente popular recordó que el PP no ha dejado de crecer ni tras la derrota de marzo, pero “eso no basta, necesitamos convencer y ser fiables, ofrecer la coherencia de nuestro discurso y la seriedad al atender la preocupaciones de la gente. El partido cobra fuerza cuando dice lo mismo en todas partes y cada pueblo nos ven entregados para resolver los problemas de la gente. Tenemos que estar con la gente y explicarles lo que hacemos y por qué”.