L D (Agencias) El temor de la comunidad internacional, que organizó los comicios, era que, el no reconocimiento de los resultados por la mayoría de los 18 candidatos que se presentaban, crease un clima de tensión y violencia. Algunos de los 15 candidatos que impugnaron los resultados de las primeras elecciones presidenciales afganas, señalaron este domingo que podrán aceptarlos, si se realiza una investigación seria sobre las irregularidades que se produjeron.
El primero en decir que podría aceptar los resultados, si el Cuerpo Conjunto de Gestión Electoral (JEMB) hace una "investigación seria", fue Mohamed Mohaqeq, de la etnia hazara, que supone una quinta parte de la población del país. Varios representantes de otros candidatos admitieron que se "mantienen conversaciones" sobre el conflicto surgido este sábado, cuando 15 aspirantes, que se oponen al presidente interino y favorito en las elecciones, Hamid Karzai, señalaron horas antes de terminar las votaciones que el proceso se había desarrollado de manera irregular e ilegítima, y anunciaron que no reconocerían los resultados.
El representante de la ONU en Afganistán, Jean Arnault, y el enviado especial de la Unión Europea, Francesc Vendrell, junto a varios embajadores europeos se reunieron con estos candidatos para tratar de convencerles de que reconociesen los resultados, "pese a las irregularidades". El embajador de EEUU en Afganistán, Zulmai Jalizad, visitó más tarde la casa del candidato Abdul Satar Sirat, que coordina al grupo de los que pretendían invalidar los comicios, para "resolver los problemas".
Por otra parte, cerca del 40 por ciento de los electores afganos que viven en Irán votó en las presidenciales afganas, según declaró el organismo encargado de organizar los comicios, la Organización Mundial para las Migraciones (OIM). Según unas declaraciones de la OIM ante la prensa, que cita Europa Press, entre 260.000 y 660.000 potenciales electores afganos que viven en Irán participaron en las presidenciales.
El porcentaje es producto de las predicciones conseguidas a partir de 110 de las 125 oficinas de voto instaladas en Irán. La OIM, que no ha tenido más que dos meses para poner en marcha la votación, consideró que el 80 por ciento de la población afgana refugiada en Irán contó materialmente con la posibilidad de ejercer su derecho al voto.