LD (Agencias) Durante su intervención ante el Foro de la Nueva Economía, Almunia reiteró la vigencia del Pacto de Estabilidad y lamentó que, aunque "nadie pone en duda" sus reglas, a la hora de aplicarlo se han producido "actos de rebeldía" por parte de algunos países.
El comisario vaticinó que la economía de la zona euro crecerá este año "en torno al dos por ciento" , frente al 1,7 por ciento calculado en abril pasado, y, para 2005 (la previsión de abril era el 2,3 por ciento), aunque indicó que el Ejecutivo comunitario está ajustando todavía sus previsiones, que hará públicas el próximo día 26.
Almunia opinó que el año que viene Europa puede crecer más que este año, pero reconoció que "hay sombras" relacionadas con la evolución del precio del petróleo, y confió en que "esas nubes se vayan disipando", porque en caso contrario "el horizonte no será tan optimista". En este sentido, el comisario europeo dijo el crecimiento económico de la Unión Europea podría verse reducido en 0,3 puntos si el precio del crudo se mantiene entre los 45 y los 50 dólares durante un período prolongado.
Respecto a España , insistió en que las cifras de ingresos y gastos de los presupuestos del 2005, así como las medidas de política económica son creíbles, y auguró que la economía nacional va a seguir manteniendo un diferencial positivo de crecimiento con la media europea. Justificó la revisión a la baja de la previsión de crecimiento de este año por la peor evolución del sector exterior y agregó que, siempre que haya otros factores que impulsen la actividad, "no está mal" que el sector de la construcción modere su dinamismo, "para no salirse de la curva".
Frente a la buena evolución macroeconómica de España Almunia opuso la elevada tasa de desempleo, especialmente entre las mujeres, la precariedad en la contratación y la escasa difusión de las nuevas tecnologías, indicadores en los que nuestro país "tiende a estar a la cola" de los países europeos.
Sobre el Pacto de Estabilidad , subrayó que es imprescindible mantenerlo, aunque insistió en que "hay que adaptarlo e interpretarlo mejor", y reseñó que los fallos en su aplicación no se deben "a los burócratas de Bruselas –en referencia a la Comisión Europea–, sino a las resistencias del Ecofín (los ministros de Economía y Finanzas de la UE)".
El comisario vaticinó que la economía de la zona euro crecerá este año "en torno al dos por ciento" , frente al 1,7 por ciento calculado en abril pasado, y, para 2005 (la previsión de abril era el 2,3 por ciento), aunque indicó que el Ejecutivo comunitario está ajustando todavía sus previsiones, que hará públicas el próximo día 26.
Almunia opinó que el año que viene Europa puede crecer más que este año, pero reconoció que "hay sombras" relacionadas con la evolución del precio del petróleo, y confió en que "esas nubes se vayan disipando", porque en caso contrario "el horizonte no será tan optimista". En este sentido, el comisario europeo dijo el crecimiento económico de la Unión Europea podría verse reducido en 0,3 puntos si el precio del crudo se mantiene entre los 45 y los 50 dólares durante un período prolongado.
Respecto a España , insistió en que las cifras de ingresos y gastos de los presupuestos del 2005, así como las medidas de política económica son creíbles, y auguró que la economía nacional va a seguir manteniendo un diferencial positivo de crecimiento con la media europea. Justificó la revisión a la baja de la previsión de crecimiento de este año por la peor evolución del sector exterior y agregó que, siempre que haya otros factores que impulsen la actividad, "no está mal" que el sector de la construcción modere su dinamismo, "para no salirse de la curva".
Frente a la buena evolución macroeconómica de España Almunia opuso la elevada tasa de desempleo, especialmente entre las mujeres, la precariedad en la contratación y la escasa difusión de las nuevas tecnologías, indicadores en los que nuestro país "tiende a estar a la cola" de los países europeos.
Sobre el Pacto de Estabilidad , subrayó que es imprescindible mantenerlo, aunque insistió en que "hay que adaptarlo e interpretarlo mejor", y reseñó que los fallos en su aplicación no se deben "a los burócratas de Bruselas –en referencia a la Comisión Europea–, sino a las resistencias del Ecofín (los ministros de Economía y Finanzas de la UE)".