LD (EFE) Cuatro proyectiles de mortero han impactado en el patio y un barrancón de un cuartel de la Guardia Nacional iraquí en la localidad de Mashahidan, a unos cuarenta kilómetros de Bagdad y cerca de la conflictiva localidad de Tayi. Shaker al-Einyi, responsable de Emergencia del Ministerio de Interior, ha declarado que "la primera cifra que poseemos es la de más de un centenar de víctimas. Al parecer el número de muertos ronda los cincuenta pero puede crecer".
Por otra parte, una carga explosiva ha destruido un tramo de la tubería de un oleoducto que cruza la conflictiva localidad iraquí de Beiji, en la zona de los ricos yacimientos de crudo al sur de la ciudad de Kirkuk, capital petrolera de Irak. El atentado ha interrumpido la exportación de crudo a través del puerto mediterráneo turco de Ceyhan.
Unidades de bomberos lograron controlar las llamas y los equipos de mantenimiento han comenzado a trabajar para intentar restablecer el suministro lo antes posible. Los atentados terroristas contra las infraestructuras petrolíferas ha sido, desde la caída de la dictadura de Sadam Husein, una de las estrategias preferidas de los terroristas para perturbar la acción del nuevo Gobierno transitorio.
El oleoducto Kirkuk-Ceyhan, de ochoscientos kilómetros de longitud, tiene capacidad para exportar cerca de un millón de barriles de crudo diarios, aunque los sucesivos ataques de los terroristas han minado sus posibilidades. Ese oleoducto, junto a la tubería que nace en los yacimientos del sur iraquí y desemboca en el puerto meridional de Basora, es la principal vía de exportación de petróleo en Irak.
Nuevos bombardeos en Faluya
Aviones militares de EEUU han bombardeado diversas posiciones que los grupos terroristas mantienen en la ciudad iraquí de Faluya. Según fuentes militares, las bombas han destruido varios depósitos de municiones y supuestos refugios de seguidores del terrorista jordano Abu Musab al-Zarqaui, considerado el jefe de Al-Qaeda en Irak.