L D (EFE) Los observadores internacionales consideran estos comicios como cruciales para Kosovo, ya que la Asamblea elegida y el nuevo Gobierno estarán en el poder cuando la ONU inicie, probablemente a mediados de 2005, el proceso de negociaciones sobre el futuro estatus de la provincia, que legalmente pertenece a Serbia.
La participación general no fue demasiado alta y alcanzó según, medios de comunicación locales, algo más del 50 por ciento. Los sondeos de opinión hablan de una previsible victoria de la Liga Democrática de Kosovo, del presidente Ibrahim Rugova, que en las elecciones de 2001 consiguió un 45 por ciento de los votos.
La alta abstención registrada se debe a la mala situación económica y social de los habitantes de Kosovo, donde el desempleo alcanza un 70 por ciento, por lo que la mayoría de los albano-kosovares depende del dinero que reciben de familiares en el exterior. Además, la mayoría de los 108.000 serbios desplazados desde la guerra de 1999 se abstuvieron de votar en los 15 centros electorales que estaban en Serbia y los cinco que había en Montenegro.
Apoyados por el Gobierno en Belgrado, los líderes serbios de Kosovo alegaron que no estaba garantizada su seguridad después de los sangrientos disturbios del pasado 17 de marzo, cuando 19 personas murieron, 900 resultaron heridos y miles fueron desplazadas y cientos de casas serbias fueron destruidas.
El 90 por ciento de los 2,2 millones de habitantes de Kosovo son de origen albanés, mientras que el resto son serbios y de otras minorías, como bosnios, turcos y gitanos.