L D (EFE) Con estas palabras, Marina Castaño se pronuncia sobre la carta que, en nombre de los hermanos del escritor residentes en Madrid, Juan Carlos Cela Trulock le ha enviado al presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, para pedirle que sea Camilo José Cela Conde, hijo del Premio Nobel, el que presida la Fundación, y no Marina Castaño.
La viuda del autor de "Madera de boj" tiene "perfecto conocimiento" de esa carta, y afirma que cuenta con el respaldo del presidente Fraga y de los dos hermanos de su marido que forman parte del Patronato, José Luis y Ana Cela. "Fui elegida presidenta del Patronato hace dos años y medio, no por unanimidad sino por aclamación, y las 29 personas que forman parte de él me respaldan sin ninguna fisura", dijo Castaño, quien considera que los resultados de este período "son espectaculares. La Fundación nunca había tenido un esplendor igual".
Marina Castaño cree que si su marido quiso que ella fuera su sucesora en la presidencia, "eso es inamovible", y señala que los hermanos que desean que ella abandone ese cargo "apenas tuvieron contacto con mi marido, sobre todo en los últimos años, y tampoco nunca tuvieron el más mínimo interés por la Fundación". "Si a mí el Patronato me retira su confianza, yo tengo que irme, pero me la renueva dos veces al año, cuando los reúno para aprobar presupuestos y dar cuenta de los gastos e inversiones que la Fundación hace en actos culturales", asegura.
Entre otras actividades, en estos dos años y medio se han organizado 15 exposiciones, se han hecho 45 publicaciones y se han editado unos 60 boletines informativos; se han recibido 70.000 visitas, además de las 350.000 de la página web. La viuda del escritor señala que los ingresos y gastos de la Fundación "están justificadísimos y auditados, tanto de forma oficial, por Hacienda, como forma privada", para garantizar "la mayor transparencia". El próximo 25 de noviembre, coincidiendo con la reunión del Patronato, se inaugurará una exposición con motivo de los 15 años que hace que su marido recibió el Nobel, cuya entrega tuvo lugar en Estocolmo el 10 de diciembre de 1989. Ella sigue donando a la Fundación "todo cuanto tenga que ver con la vida y obra" de su marido, como algunos manuscritos "que todavía estaban en casa".
Para esa exposición ha enviado a Iria Flavia "las publicaciones que hubo con motivo del Nobel", y ha donado "el despacho entero" que su marido tenía en su casa de Madrid, "con la mesa tal cual la dejó el último día que trabajó en casa", así como su colección de plumas y de bastones. Como curiosidad, Marina Castaño cuenta que ha llevado además a Iria Flavia la cristalería, para 18 personas, y el juego de café que se utilizaron en Estocolmo el día de la entrega del Nobel y que la organización puso a disposición de los premiados para quienes quisieran comprarla.