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Rajoy dice que ZP quiere ser el primero en refrendar la Constitución por su obsesión propagandística

Mariano Rajoy, presidente del PP, denunció este sábado la "obsesión por la propaganda" que exhibe el Gobierno de Zapatero y que se ha puesto de releve en el afán de "ser los primeros" en convocar un referendo sobre la Constitución europea.

Mariano Rajoy, presidente del PP, denunció este sábado la "obsesión por la propaganda" que exhibe el Gobierno de Zapatero y que se ha puesto de releve en el afán de "ser los primeros" en convocar un referendo sobre la Constitución europea.
L D (Agencias) Mariano Rajoy, líder popular, criticó también que que el único objetivo del Gobierno a la hora de "ser los primeros en someter a referendo la Constitución europea es la propaganda, para poder decir que hemos sido los primeros en aprobarla". Por ello, Rajoy advirtió, según Europa Press, que "cuando se actúa a tontas y a locas surgen problemas serios", en referencia a lo dicho por el Consejo de Estado, que recomienda estudiar si es necesario reformar la Constitución española antes de adoptar la europea.
 
En la inauguración de la campaña del PP a favor de la Constitución Europea celebrada este sábado en Barcelona, Rajoy vio "lógico" que los ciudadanos puedan conocer si esta modificación previa sería necesaria "para hacerse un mejor juicio" a la hora de decidir su voto.
 
El líder del PP reafirmó su apoyo al texto europeo por considerar que lo contrario "es ir en contra del signo de los tiempos, encerrarse en sí mismo, es anteponer el interés pequño y mezquino al interés general".
 
Rajoy aseguró que la Carta Magna europea "recoge la visión que tengo para mi país y para Europa" y "apuesta por la unidad en la diversidad, una visión moderna". En este sentido, advirtió que "el respeto a la diversidad territorial es incompatible con la voluntad de querer parcelar la integridad" nacional, que calificó de "antiguo".
 
Aún así, admitió que "hay cosas de la Constitución" europea "que no me gustan", como el hecho de que "Zapatero rebajara el peso de España en el reparto institucional cuando no tenía ninguna necesidad, sólo para quedar bien con algunos". En esta línea, consideró que "es un error pensar que para ser fuertes en Europa tenemos que renunciar a defender los intereses propios".
 
 

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