LD (EFE) En la rueda de prensa mensual, tras la reunión del consejo de gobierno, Trichet ha transmitido un mensaje más cauteloso que de costumbre sobre el crecimiento en los doce países del euro por "los riesgos al alza para la estabilidad de los precios a medio plazo".
En la jerga de la entidad emisora esto significa que la inflación en los próximos meses no bajará del 2 por ciento, el tope fijado por el BCE, después de que la oficina comunitaria de estadística Eurostat la situase en el 2,5 por ciento en el mes de octubre, cuatro décimas más que el mes anterior.
De hecho, el banquero galo ya ha aplazado a una fecha imprecisa en 2005 el momento en que los precios volverán a estar por debajo del mágico 2 por ciento, siempre dependiendo, claro está, de la evolución del mercado de los carburantes. En este sentido, Trichet afirmó: "si los precios del petróleo permanecen al nivel actual, o incluso suben más, mermarán la fortaleza de la recuperación, tanto dentro como fuera de la eurozona" .
Respecto de las recientes ganancias del euro contra el dólar, Trichet insistió en que no son deseables ni "el exceso de volatilidad ni los movimientos desordenados" en los mercados de divisas. Pero se negó a comentar las consecuencias de una ulterior apreciación de la moneda única para la economía europea y se remitió a la postura expresada por Washington de que desea un dólar fuerte, lo que no ha sido corroborado con los hechos.
Un día después de que se confirmara oficialmente que el futuro inquilino de la Casa Blanca será de nuevo George W. Bush, la divisa europea llegó a situarse este jueves a 1,2898 dólares, tan sólo un 0,24 por ciento menos que el récord histórico que alcanzó en febrero . Fred Bergsten, economista y consejero de anteriores gobiernos estadounidenses, advertía a la prensa local de un posible desplome del dólar de, al menos, un 20 al 30 por ciento por el enorme déficit fiscal y por cuenta corriente de EEUU.
En la jerga de la entidad emisora esto significa que la inflación en los próximos meses no bajará del 2 por ciento, el tope fijado por el BCE, después de que la oficina comunitaria de estadística Eurostat la situase en el 2,5 por ciento en el mes de octubre, cuatro décimas más que el mes anterior.
De hecho, el banquero galo ya ha aplazado a una fecha imprecisa en 2005 el momento en que los precios volverán a estar por debajo del mágico 2 por ciento, siempre dependiendo, claro está, de la evolución del mercado de los carburantes. En este sentido, Trichet afirmó: "si los precios del petróleo permanecen al nivel actual, o incluso suben más, mermarán la fortaleza de la recuperación, tanto dentro como fuera de la eurozona" .
Respecto de las recientes ganancias del euro contra el dólar, Trichet insistió en que no son deseables ni "el exceso de volatilidad ni los movimientos desordenados" en los mercados de divisas. Pero se negó a comentar las consecuencias de una ulterior apreciación de la moneda única para la economía europea y se remitió a la postura expresada por Washington de que desea un dólar fuerte, lo que no ha sido corroborado con los hechos.
Un día después de que se confirmara oficialmente que el futuro inquilino de la Casa Blanca será de nuevo George W. Bush, la divisa europea llegó a situarse este jueves a 1,2898 dólares, tan sólo un 0,24 por ciento menos que el récord histórico que alcanzó en febrero . Fred Bergsten, economista y consejero de anteriores gobiernos estadounidenses, advertía a la prensa local de un posible desplome del dólar de, al menos, un 20 al 30 por ciento por el enorme déficit fiscal y por cuenta corriente de EEUU.