L D (EFE) Durante el acto inaugural de una jornada sobre seguros de vida y planes de pensiones, organizada por Winterthur, Miguel Ángel Fernández Ordóñez dijo que, de este modo, los individuos, sindicatos y empresarios buscarán las fórmulas que les resulten más rentables sin que el Gobierno les indique si deben comprarse una casa o abrirse un plan de pensiones. En opinión de Fernández Ordóñez, "si esto no fuera así", se produciría una "asignación insuficiente" de recursos dado que éstos se otorgarían vía incentivo fiscal y no mediante rentabilidad financiera.
Además, precisó que las cifras indican que los incentivo fiscales son "notablemente más utilizados" por las rentas más altas, lo que calificó de "injusticia" frente a las más bajas. "Lo que tenemos que hacer es avivar el ingenio para ver cómo podemos tocar otras teclas", es decir, estudiar el marco regulador y la forma de "retirar obstáculos" para, en el marco de la negociación colectiva, crear algo que permita y estimule la previsión social complementaria.
Fernández Ordóñez recordó también que en el 2005 Hacienda dejará de recaudar 1.356 millones de euros por las aportaciones a sistemas de previsión social, cantidad que supera los presupuestos de los Ministerios de Asuntos Exteriores o de Justicia.
Reconoce que la Seguridad Social no aguantará dentro de 30 años
El secretario de Estado de Hacienda dijo que en los últimos años España ha avanzado mucho en los tres pilares que sustentan la previsión social: el gestionado por la Seguridad Social; la previsión social complementaria, enmarcada en la negociación colectiva, y los mecanismos de ahorro individuales para mantener el poder adquisitivo de la jubilación, pero insistió en la necesidad de mejorarlos.
Fernández Ordóñez basó esta necesidad de mejora en aspectos como el progresivo proceso de envejecimiento de la población o el hecho de que las pensiones sean cada vez más elevadas. Esto, explicó, se une a los "espectaculares" cambios demográficos generados por la inmigración que, al tiempo que hacen aumentar el número de afiliados a la Seguridad Social y generan un superávit "transitorio", suponen un crecimiento futuro del número de pensiones. Además, dijo que la edad media de los inmigrantes que cotizan a la Seguridad Social es de entre 25 y 35 años, que es la misma que la del mayor tramo de la población española.
Esto indica que todas estas personas se jubilarán al mismo tiempo lo que generará una situación complicada "a la que hay que buscar soluciones" como la modificación del cálculo de las pensiones o de la edad de jubilación, entre otras. Por último, concluyó que, la mesa del diálogo social, "tiene una gran responsabilidad" en la búsqueda de estas soluciones.