L D (Europa Press) Este martes el juez del Olmo tomó declaración a varias personas, testigos e imputados, relacionados con la cinta grabada en agosto de 2001 por el guardia civil Jesús Campillo, del Servicio de Información de la Comandancia de Gijón, al confidente Francisco Javier Villazón Lavandera, alias “Lavandero”.
En la grabación, “Lavandero” decía que Toro y Trashorras estaban implicados en el tráfico de explosivos, sustancia de la que disponían en gran cantidad, y buscaban a alguien que supiese fabricar bombas con teléfonos móviles. Esta cinta fue encontrada hace un año en el cuartel de Cancienes (Asturias) por el guardia civil David Robles, quien el pasado 16 de octubre se la entregó a sus superiores.
Así, este martes declararon ante el juez el guardia civil Campillo, quien afirmó que tras grabar la cinta la puso en conocimiento de mandos. Éstos ordenaron a otros agentes realizar una investigación, aunque ignora el futuro que corrieron estas averiguaciones. También testificó ante el juez el propio “Lavandero”, quien goza de la condición de testigo protegido.
A continuación declararon Antonio Toro, en prisión por un asunto de drogas e imputado por colaboración con banda armada en el 11-M, y su cuñado José Emilio Suárez Trashorras. El ex minero se encuentra en prisión desde el pasado 23 de marzo acusado de 191 asesinatos y 1.430 en grado de tentativa, cuatro delitos de estragos y un delito de terrorismo en relación con el robo de sustancias explosivas utilizadas en la masacre.
El magistrado, tras el interrogatorio de ambos, ha decidido someterles a un careo ante las muchas contradicciones encontradas en las versiones ofrecidas por ambos. El abogado de Trashorras, Gerardo Turiel, aseguró que a su cliente se le había preguntado sobre muchas cuestiones y no únicamente por la cinta grabada en 2001 y dada a conocer la semana pasada por el diario "El Mundo".