L D (EFE) El primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern, expuso el plan al presidente del SF, Gerry Adams, en Dublín, mientras que su colega británico, Tony Blair, hizo lo propio en Londres con el líder del DUP, el reverendo Ian Paisley.
Fuentes oficiales irlandesas consultadas por EFE dijeron que Dublín no se pronunciará este miércoles sobre el resultado de las conversaciones mantenidas con los partidos ni sobre el contenido de la propuesta.
Sin embargo, O’Caolain confesó, al término del encuentro Ahern-Gerry, que el SF tiene “problemas” con algunos puntos del plan. Asimismo, advirtió de que esta formación sólo lo aceptará si respeta los fundamentos del acuerdo de paz del Viernes Santo (1998). Paisley, en cambio, optó por guardar silencio tras recibir el documento de manos de Blair.
Londres y Dublín han elaborado una serie de propuestas encaminadas a restaurar la autonomía del Ulster, suspendida hace más de dos años; entonces se acusó al grupo terrorista Ejército Republicano Irlandés (IRA) de cometer espionaje en el Palacio de Stormont, sede de la Asamblea provincial.
El contenido del documento anglo-irlandés no ha trascendido a los medios de comunicación, pero la otra gran formación republicana del Ulster, el Partido Socialdemócrata Laborista (SDLP), sostiene que otorga demasiadas concesiones a los unionistas radicales. "Los Gobiernos saben que tenemos serias dudas con el contenido de la propuesta, así como sobre ciertos cambios que pretenden introducir en el acuerdo de paz del Viernes Santo para satisfacer las demandas del DUP", declaró su líder, Mark Durkan.
Durkan, que mantuvo un encuentro este mismo miércoles con el titular irlandés de Exteriores, Dermot Ahern, aseguró que los unionistas radicales "reciben demasiado y dan muy poco a cambio". No obstante, no quiso hacer más valoraciones hasta que no estén “sobre la mesa” todos los detalles de la propuesta.
La reforma del acuerdo de paz de 1998 y el desarme de los grupos terroristas parecen ser los asuntos más controvertidos. Paisley pretende modificar el texto del Viernes Santo para diluir el concepto de poder compartido entre protestantes y católicos; a ello se oponen las demás formaciones del Ulster, incluidos los unionistas moderados.