LD (Agencias) Lauro Baja, el representante de Filipinas ante Naciones Unidas, ha informado de que el diplomático filipino Angelito Nayan, la británico-irlandesa Annetta Flanigan y la albano-kosovar Shqipe Hebibi, todos trabajadores de la ONU, han sido liberados después de permanecer 27 días secuestrados en Afganistán. Los tres han sido trasladados a la embajada británica en Kabul.
Según una de las versiones, los tres empleados de Naciones Unidas, que al momento de su secuestro colaboraban con la Comisión Electoral afgana, fueron liberados ilesos en una operación militar durante la cual se produjo un tiroteo, en el que los rehenes no sufrieron daños.
Un diplomático europeo destinado en Kabul señaló sin embargo, más tarde, que los tres secuestrados fueron liberados entre las seis y media y las siete de la mañana de este martes en el Parque de las Mujeres de Kabul sin intervención militar. Según esta fuente, los captores "subieron de madrugada a los tres secuestrados en una camioneta y, tras un largo trayecto, que pudieron ser varias vueltas a la ciudad, los dejaron en el parque sin daños". Posteriormente, la ISAF los trasladó al "Camp Warehouse", el principal acuartelamiento de las fuerzas internacionales en la zona de Kabul, donde están siendo sometidos a un examen médico, "pero parece que están en buen estado", agregó la fuente.
En Islamabad, la agencia de noticias Afghan Islamic Press difundió un comunicado citando a Syed Mohammad Akbar Agha, el supuesto jefe de los terroristas captores, dijo que "hemos liberado a la kosovar a petición de un musulmán de (la provincia serbia de) Kosovo y a los otros dos rehenes a cambio de la liberación de 24 prisioneros". Ese extremo ha sido negado por el ministro afgano del Interior, Ali Jalali.
El portavoz de la Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), Manoel de Almeida e Silva, confirmó la liberación de los tres empleados de la ONU y manifestó la "tranquilidad y satisfacción" de sus compañeros "al saber que están libres y en aparente buen estado. Ahora están siendo sometidos a un examen médico en Kabul para determinar cual es su estado de salud".
El secuestro fue asumido por el grupo terrorista autodenominado "Yaish e Muslimin" (Ejército de los musulmanes), una facción radical talibán, que exigía la retirada de las tropas extranjeras de Afaganistán y la liberación de los presos talibanes en poder del Gobierno afgano y de EEUU. Pero, el portavoz del Ministerio del Interior Afgano, Lutfullah Mashal, dijo posteriormente que no creía que los tres secuestrados estuvieran en manos de ningún grupo talibán, sino en poder de "unos bandidos".