Al aterrizar recibieron el saludo cariñoso de sus anfitriones y del ex presidente George Bush padre, que dio al Rey un afectuoso abrazo. Los cinco, vestidos informalmente, posaron sonrientes para los medios gráficos. A continuación, en un automóvil conducido por el mandatario norteamericano, se trasladaron a la residencia, un edificio ecológico en cuanto al consumo de energía –aprovecha el calor de la tierra– de una sola planta y ocho habitaciones. Allí se celebró el almuerzo, del que tomaron parte también Bush padre y su esposa, Bárbara.
En deferencia a los Reyes, los Bush adelantaron 24 horas la celebración del Día de Acción de Gracias, la fiesta familiar estadounidense por antonomasia. El menú, como no podía ser de otra forma, consistió en pavo relleno, lubina al "estilo de la pradera", puré de patata dulce con sirope de arce y pimiento, tubérculos asados con nueces y manzanas y albóndigas de pasta de maíz, tartas de frutos secos y de calabaza y helado. El vino servido fue un Chardonnay de 2002.
Objetivo: "Relanzar y mantener las buenas relaciones"
La Casa Real destacó la "magnífica relación" que tienen los Reyes con la familia Bush desde que el padre del actual mandatario accedió a la Presidencia, y que el almuerzo tenía por objetivo "relanzar y mantener las buenas relaciones" hispano-norteamericanas.
Asimismo, reveló que Doña Sofía regaló a Laura y a Bárbara sendas insignias con la leyenda 'Madrid 2012'.