L D (EFE) El equipo valenciano cuajó un encuentro completo (84-59) tanto en ataque como en defensa, algo que no había conseguido en ninguna de sus últimas citas, y terminó por doblegar al débil conjunto italiano de la mano del recién reaparecido Dejan Tomasevic.
El Pamesa saltó a la pista despistado, pero el parcial de 0-7 con el que se estrenó el marcador le obligó a despertar. Fue el base argentino Alejandro Montecchia quien arrancó el motor del conjunto valenciano y pronto se cogieron a su ritmo Fabricio Oberto y Tomasevic. La conexión entre ambos interiores desmontó sin dificultades la endeble defensa del conjunto italiano (26-14, m.12) y le dio al Pamesa la oportunidad de romper definitivamente el encuentro, pero los locales no supieron aprovecharla.
Las necesarias rotaciones que introdujo el técnico Pablo Laso, unidas a las alternativas defensivas que ordenó el argentino Rubén Magnazo desde el banquillo visitante, rompieron el ritmo ofensivo de los locales, que vivieron de la garra de Federico Kammerichs. Pero tampoco su rival estaba mucho mejor. Las faltas personales de Sani Becirovic obligaron a que el base esloveno visitara el banquillo antes de lo habitual y sólo sus individualidades daban cierta fluidez anotadora al Corimec Varese (35-25, m.20).
Tras el descanso, el equipo valenciano pisó el acelerador y su rival se dejó ir. Laso volvió a recurrir a sus hombres más experimentados, que pronto elevaron la renta hasta cerca de los veinte puntos, para tranquilidad de una afición muy acostumbrada al sufrimiento esta campaña. El abultado marcador permitió que en los últimos minutos Laso diera entrada a los jóvenes Alex Urtasun, Pedro Llompart y Oliver Arteaga, que consiguieron mantener el buen nivel defensivo que mostró el equipo durante todo el encuentro mientras Igor Rakocevic y Oscar Yebra aumentaban la ventaja desde la línea de tres puntos.
77-84. El DKV fracasa en su épica remontada ante líder grupo
El DKV perdió su segundo partido como local en la primera fase de la Copa Uleb ante un Makedonikos al que intentó superar con una épica remontada final, pero que demostró los motivos que le han llevado a liderar el grupo. A la Penya le condenó el mal juego desplegado durante 30 minutos y, aunque lo dio todo al final, cosechó una derrota que le coloca con un balance de 1-2 que complica el pase a la siguiente fase. En la victoria griega destacaron Hutson y el ex verdinegro Rimac (29 y 19 puntos respectivamente).
La primera parte del DKV fue desastrosa, incapaz en todo momento de superar la defensa griega y, en especial, al gigante Khiniak (2.17 metros) que, con su envergadura, obligaba a los rivales a tirar muy forzados. En el minuto 5, el Makedonikos ya vencía por 7-14, una diferencia que la Penya logró recortar hasta los 3 puntos (18-21) al final del primer periodo.
El segundo cuarto fue aún peor. Al mal porcentaje de tiro del DKV (10 de 32 en tiros de campo hasta ese momento), se unió su falta de intensidad defensiva, que permitía a los de Arigidis Pedoulakis anotar con facilidad una y otra vez. En este cuarto, la Penya sólo anotó 9 puntos y los jugadores se marcharon al vestuario con un marcador desfavorable de 27-48 que provocó el abucheo de los seguidores verdinegros.
Tras el descanso, el DKV sacó el orgullo a la pista. Mejoró un poco la defensa y estuvo más acertado en ataque. El Makedonikos, sin embargo, se mostró como un conjunto experimentado y supo administrar la renta que poseía. La Penya logró con mucho esfuerzo recortar la diferencia al fin de este periodo (50-63). El DKV tuvo que afrontar los minutos decisivos sin Venson Hamilton, que no puede participar en la Uleb, ni Brent Scott, que se lesionó en un tobillo al final del tercer cuarto, ni con Rudy Fernández, que también estaba tocado.
Fue entonces cuando emergió la figura de Marcelino Huertas que, con 8 puntos (seis desde la línea de 6,25 metros) y dos personales forzadas en sendos ataques griegos, logró colocar a su equipo a sólo 5 puntos (58-63, m.32). En la reacción verdinegra tuvo mucho que ver también la defensa presionante en toda la pista del DKV, que provocó numerosos errores del rival. El cuadro griego sólo fue capaz de anotar 4 puntos en 7 minutos y permitió al contrario acercarse mucho en el marcador (68-71, m-17).
El partido entró en el último minuto con un apretado 77-78. Canak anotó un tiro libre y Arnold pudo empatar, pero se le salió el balón de dentro y, en el ataque siguiente, Hutson logró una canasta que sentenció el partido.
80-63. El Gran Canaria sigue en cabeza e invicto como local
El Gran Canaria se afianzó en el grupo de cabeza al seguir invicto como local y anotar su segunda victoria continental ante el MPC Capitals Groningen de Holanda, un rival que únicamente contestó a la supremacía isleña con un buen segundo cuarto. En el arranque de partido, los holandeses exhibieron algunas cualidades en ataque pero su escaso acierto en defensa permitió a los anfitriones jugar a placer. La entrada en cancha de McGuthrie pareció ser la solución visitante en el minuto 5, ya que anotó un triple en su primera acción.
Sin embargo, el estadounidense asumió demasiado protagonismo y su excesivo riesgo perjudicó luego los intereses de un Groningen que perdía el cuarto por un significativo 28-16. Hernández-Sonseca y Lampropoulos cogieron la medida a los pivotes visitantes, quienes se mostraron incapaces para frenar el juego interior de los amarillos. Así las rentas locales sobrepasaron los 10 puntos (40-26).
En los momentos previos del descanso, Capitals Groningen reaccionó con buenas acciones ofensivas de Timmermanis que finalizaba con efectivos ganchos Reed y, con un parcial 2-10, parecieron meterse en el partido (42-36). El Gran Canaria devolvió a la realidad a los holandeses con un buen tercer cuarto, pleno de cohesión, sentido de anticipación defensiva y acierto ofensivo, cualidades que le permitieron colocar en el marcador un 63-49 que sentenciaba en la práctica el choque.
Los pupilos de Pedro Martínez, que vuelven a pugnar por la primera plaza al perder en Croacia la condición de invicto su verdugo francés -Cholet-, se limitaron a administrar la renta en el último cuarto, algo a lo que ayudó un rival que terminó por bajar los brazos.