L D (EFE) El secretario general de Comercio Exterior, Alfredo Bonet, reconoció que la situación de la balanza comercial española es "efectivamente poco favorable" y aseguró que la Secretaría General "hace lo que puede" para corregirla, aunque "es una labor de medio y largo plazo". Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Senado, Bonet se mostró preocupado por la negativa evolución del sector comercial, provocada por una "cierta crisis o ralentización de la demanda mundial".
Según explicó, la balanza comercial se está viendo afectada por un incremento "considerable" de las importaciones (provocado por el tirón de la demanda interna) y por un ritmo de exportación "a la mitad que el de las importaciones", porque el 75 por ciento de los compradores de productos españoles están en los países de la UE, donde "la demanda es realmente débil".
El aumento del precio del petróleo también afecta a la balanza comercial, sobre todo desde los pasados meses de abril y mayo, "lo que no contribuye a resolver los problemas", como tampoco contribuye el actual cambio del dólar y el euro, aunque este último aspecto, precisó, "nos afecta de modo residual, porque el sesenta por ciento de nuestra exportación va a países de la zona euro y sólo el cuarenta por ciento va a otros países".
Bonet también se mostró preocupado por la situación del sector textil y dijo que desde su Departamento se están reclamando en Bruselas la aplicación de "un serio sistema de vigilancia" para las exportaciones procedentes de China, especialmente a partir del próximo 1 de enero, cuando desaparecerán las cuotas a la importación y finalizará el acuerdo sobre textiles de la OMC.
Según Pedro Mejía, la revalorización del euro afecta de forma trascendente a la economía española, ya que "si bien el 60 por ciento de la exportación española tiene como destino la zona euro, estos países también tienen mercados muy importantes de exportación en áreas que no tienen esta moneda y sus economías se ven afectadas".
El secretario general de Comercio Exterior, destacó también en la presentación de estos datos que un aumento del diferencial de inflación con los países de la Unión Monetaria incide negativamente en la competitividad de los productos que se exportan. Pedro Mejía confía en que a final de año la tasa de crecimiento del comercio exterior español esté "en torno al 6 ó 7%", cercana a la tasa mundial.