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PERFIL: Carlos Moyá, el protagonista de la Copa Davis 2004

La victoria de Carlos Moyá sobre Andy Roddick ha servido para hacer justicia y otorgar al jugador mallorquín un puesto entre los privilegiados ganadores de la Copa Davis, algo que Charly buscaba de forma desesperada. Ganador de Roland Garros en 1998 y finalista en esa misma edición del Masters contra Alex Corretja en Hannover, además de ser subcampeón del Abierto de Australia en 1997, a Moyá le faltaba contemplar su nombre grabado en la famosa Ensaladera para convencerse de que pasará a la historia del tenis.

L D (EFE) Lo tuvo cerca en la final de Copa Davis contra Australia en Melbourne el año pasado, cuando su genial tenis se destapó en la hierba instalada en la Rod Laver Arena, con su fenomenal victoria sobre Mark Phillippoussis, pero allí Ferrero perdió sus dos partidos individuales en cinco sets, y Moyá tuvo que resignarse. De Moyá siempre se ha dicho que vive instalado en la contradicción y que solo su tenis ha sido previsible. En la final del Abierto de Australia de 1997 (cayó contra Pete Sampras) dejó perplejo al público y a medio mundo con su famosa despedida "hasta luego Lucas".

Moyá utiliza únicamente la mano derecha para empuñar la raqueta y todo lo demás lo hace con la izquierda. Pero esa pequeña incidencia ha hecho de él un jugador genial, para convertirse en el primer español que alcanzó el puesto de número uno del mundo, el 15 de marzo de 1999, al ser finalista en Indian Wells, aunque su reinado duró solo dos semanas. Descubierto por Alberto Tous, Moyá pulió su tenis como otros en el CAR de San Cugat del Vallés. Allí se encontró con José Perlas, quien le dirigió en la etapa más fulgurante de su carrera, sobre todo en 1998 cuando ganó el Masters Series de Montecarlo y después Roland Garros, sus mejores títulos.

Tras romper con Perlas en busca de nuevos objetivos se rodeó de un equipo encabezado por Joan Bosch, y luego, "fichó" temporalmente a José Higueras para utilizar su experiencia, aunque su relación con el técnico afincado en EEUU solo duró una temporada. Un periodo de alejamiento de las pistas debido a una gravísima lesión en la espalda, que le mantuvo incluso con un corsé especial, no minó su resistencia, a pesar de que pasó momentos de auténtica desesperación. Tras una recuperación dolorosa, en su vuelta al circuito ganó el torneo de Estoril (primer título desde Roland Garros) al vencer en la final a Francisco Clavet y donde rompió en lágrimas al recordar todo el sufrimiento pasado.

Estar apartado del circuito durante tanto tiempo y perderse formar parte del equipo que ganó la Copa Davis en el Palau Sant Jordi han sido sus pesadillas. Preparado para triunfar en cualquier tipo de pistas gracias a su fenomenal saque y poderosa derecha Moyá ha perseguido desde 1998 un triunfo comparable al que logró en Roland Garros un año antes. Esta temporada ha logrado tres títulos ATP, Chennai, Roma y Acapulco, para sumar un total de 17. Pero sin duda, nunca podrá olvidar su contribución al equipo español ganando sus dos puntos individuales, el primero contra Mardy Fish, y el segundo contra Roddick, porque ambos le han hecho entrar en la historia.

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