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Veinte personas sobreviven diez días sin comida y entre las ruinas tras los tifones en Filipinas

Los equipos de rescate que ayudan a los damnificados por los tifones en Filipinas encontraron este jueves a veinte personas que llevaban diez días atrapadas sin alimentos en un edificio, mientras que la cifra oficial de muertos ascendió a 939. Una mujer de unos cincuenta años y cuatro menores fueron los primeros en salir de entre las ruinas de una construcción de la ciudad de Real, en la provincia de Quezon, a unos 80 kilómetros al noreste de Manila.

L D (EFE) "Nos encontrábamos excavando entre el fango, las losas de cemento y los hierros retorcidos cuando escuchamos voces y gritos de socorro débiles que provenía de debajo de la tierra", contó el capitán Gerry Sultana a la radio DZMM. "No nos imaginábamos que pudiera haber supervivientes entre las ruinas. Llevábamos tres días excavando y sólo habíamos encontrado cadáveres en descomposición", añadió el militar.
 
La edificación se había habilitado como centro de evacuados tras el paso del tifón "Muifá" por las regiones central y septentrional de Filipinas en la segunda quincena de noviembre. El capitán Sultana indicó que la mujer rescatada les informó de que el refugio colapsó el 29 de noviembre y que del centenar de personas que había en su interior sólo sobrevivieron una veintena, atrapada en los bajos. Sin comida, lograron mantenerse con vida durante diez interminables días gracias al agua turbia que se filtraba por entre las grietas del edificio, según han contado los rescatados.
 
Al tifón "Muifá" le sucedió la depresión tropical "Violeta" y, la semana siguiente, apareció su hermana "Winnie" que, sin vientos poderosos, ha sido la más destructiva por su paso lento y con lluvias continuas. La acción de "Winnie" socavó los cimientos de este centro de evacuados de Real y el edificio se vino abajo. Al día de abandonar "Winnie" el archipiélago filipino, entró en el país por el Pacífico el tifón "Nanmadol", con vientos de más de 200 kilómetros por hora.
 
El último boletín del Consejo Coordinador de Catástrofes Nacionales (NDCC, en sus siglas en inglés) de Filipinas, dado a conocer esta tarde, señala que hay 939 fallecidos, 752 heridos y 837 desaparecidos. Estas cifras aúnan las víctimas de los dos tifones y el par de depresiones tropicales. Los daños materiales calculados por el NDCC ascienden a 4.690 millones de pesos (83,75 millones de dólares o unos 63 millones de euros). Filipinas recurrió a la comunidad internacional en busca de ayuda.
 
La ayuda de España
 
Entre otras naciones, España respondió la primera con la entrega la semana pasada de ayuda humanitaria por valor de 66.000 euros y Estados Unidos envió un contingente de 600 marines y una docena de aviones de transporte y helicópteros. La primera avanzada de los marines estadounidenses comenzó a cooperar en las tareas humanitarias este miércoles. El refuerzo de la ayuda llega en momentos en que el personal de los equipos de rescate y los voluntarios sufren el cansancio de días de tareas contrarreloj para salvar vidas. "En mis 30 años en el mar, este es sin lugar a dudas el peor desastre que he presenciado", dijo el marinero filipino Monedero, quien participa en un pequeño navío de la Armada de 12 tripulantes en la misión de entregar ayuda humanitaria.
 
Elino Peralta, de 49 años, es uno de los habitantes de Real que lo ha perdido todo en la noche de pesadilla, como él dice, que "Winnie" atravesó su provincia. Su casa de cemento y madera se la llevaron los deslizamientos de tierra, pero al menos ninguno de sus tres hijos ha perdido la vida. "Me he quedado seco de lágrimas. Vamos a necesitar mucho tiempo para poder recobrarnos", es la conclusión de Peralta. 

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