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Yuschenko regresa a la clínica vienesa donde se trató por primera vez del extraño mal que padece

El candidato opositor a la Presidencia de Ucrania, el liberal Víctor Yuschenko, se ha trasladado al centro médico vienés que le trató en septiembre del extraño mal que padece –cuyas secuelas son bien visibles en su rostro–. “Hemos traído algunos análisis, y queremos que los médicos los revisen. Me quedaré un par de días y esperaré aquí las conclusiones oficiales de la clínica”, declaró este viernes a la prensa desde la capital austríaca.   

El candidato opositor a la Presidencia de Ucrania, el liberal Víctor Yuschenko, se ha trasladado al centro médico vienés que le trató en septiembre del extraño mal que padece –cuyas secuelas son bien visibles en su rostro–. “Hemos traído algunos análisis, y queremos que los médicos los revisen. Me quedaré un par de días y esperaré aquí las conclusiones oficiales de la clínica”, declaró este viernes a la prensa desde la capital austríaca.   
L D (EFE) "Desconozco los detalles de los resultados de los exámenes, pero me han dicho que son positivos", comentó el político liberal. Cuando se le preguntó si eso quería decir que se confirmaba que había sido envenenamiento, contestó como sigue: "Eso tiene que decirlo la clínica. Dejemos a la clínica contestar a las preguntas. Yo esperaré los resultados oficiales".

Los médicos que le atendieron aseguraron el miércoles que trabajan sobre tres hipótesis, todas ellas vinculadas con la ingestión de veneno. No obstante, hasta el momento no han podido hallar prueba alguna. Los doctores no descartan que a Yuschenko se le suministraran unas dioxinas que desaparecen sin dejar huella siete horas después de ser administradas y que producen erupciones cutáneas y acné similares a las que han provocado la desfiguración del rostro de aquél.
 
El candidato a la Presidencia ucraniana volvió a afirmar en Kiev este mismo viernes que, “sin duda”, fue envenenado, y que quienes lo hicieron tenían por objetivo matarle. El 10 de septiembre tuvo que ser ingresado en la clínica vienesa Rudolfinerhaus después de padecer una súbita indisposición en la capital de su país.
 
Desde entonces tiene parte del rostro paralizado, lagrimea involuntariamente y sufre agudos dolores de espalda.

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