LD (EFE) El jefe del Ejecutivo israelí, Ariel Sharon, pudo constituir su nueva coalición de Gobierno tras un acuerdo con los laboristas y después de que el rabino Yosef Shalom Eliyashiv, jefe espiritual de la comunidad ortodoxa ashquenazí, diera el visto bueno al Judaísmo Unido de la Torá para unirse a la coalición el miércoles pasado.
Sin embargo, Sharon deberá lidiar con trece miembros rebeldes de su partido Likud, que hasta el último momento tratan de sabotear la formación del nuevo Gobierno. Los rebeldes, que firmaron una carta en la que decían negar su apoyo al nuevo Gabinete, se reunirán antes de la jura de los nuevos ministros para decidir si votarán en contra o se abstendrán en la votación del Parlamento.
En caso de que sus propios correligionarios voten en contra, el primer ministro requerirá el apoyo del grupo parlamentario de izquierda Yahad y al menos el de un diputado más para obtener el respaldo requerido de la cámara a su nueva coalición del Likud con los laboristas y los ortodoxos del Judaísmo Unido de la Biblia.