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La plena efectividad le sirve al Real Madrid para infligir una injusta goleada al Atlético (0-3)

El derbi madrileño de este domingo podría resumirse con el dicho "fútbol es fútbol". En un partido dominado en todo momento por el Atlético de Madrid, tanto en control del balón como en número de oportunidades, el Real Madrid ha logrado una abultada victoria en el Vicente Calderón con tres goles en los únicos tres disparos a puerta que ha realizado. Ronaldo, en dos ocasiones, y Solari han dinamitado el buen juego rojiblanco, que no se vio recompensado con el premio del gol.

El derbi madrileño de este domingo podría resumirse con el dicho "fútbol es fútbol". En un partido dominado en todo momento por el Atlético de Madrid, tanto en control del balón como en número de oportunidades, el Real Madrid ha logrado una abultada victoria en el Vicente Calderón con tres goles en los únicos tres disparos a puerta que ha realizado. Ronaldo, en dos ocasiones, y Solari han dinamitado el buen juego rojiblanco, que no se vio recompensado con el premio del gol.

(Libertad Digital) El derbi respondió a la perfección al momento de transición que atraviesan ambos conjuntos. Falto de calidad, el Atlético puso el trabajo y, escaso de confianza, a la espera de que se asiente en el cargo el brasileño Vanderlei Luxemburgo, el Madrid se agarró a las paradas de Casillas y la puntería de Ronaldo. El Atlético trató de sacar ventaja de la excitación que le transmitió la grada y tuvo un comienzo explosivo, con un par de ocasiones en los tres primeros minutos. No las aprovechó y al Real Madrid no le bastó más que con una internada por la banda de Roberto Carlos, un error de Zidane en el área, que sirvió para despistar a la zaga rojiblanca, y un disparo a la escuadra de Ronaldo, para volcar el partido de su lado al cuarto de hora.

A partir de ahí el Real Madrid no hizo más, se encerró en su campo, buscó algún contragolpe de Ronaldo y volvió a encomendarse a Casillas, providencial en el tramo final del primer tiempo, y al desacierto de Fernando Torres, que excesivamente motivado, mostró su peor cara, la que le convierte en un delantero precipitado, capaz de enviar a las nubes un disparo a puerta vacía. El Atlético, una vez más, le puso más voluntad que juego y, aunque ganó profundidad por la banda con el danés Jesper Gronkjaer, mostró que el gol es casi una misión imposible, cuando el "Niño" está desafortunado.

Si se mantuvo en la pugna fue por pundonor y valentía, volcado sobre el campo rival mientras le aguantó el físico y confiado en la solidez defensiva de Pablo Ibáñez y del colombiano Luis Perea. Pero no fue suficiente, porque el Real Madrid volvió a golpear en el minuto 82, en un balón que Raúl convirtió en un buen pase a Solari, para que el argentino acabase con el partido, dos minutos antes de que de nuevo Ronaldo castigase al Atlético con una goleada que disparará la euforia del nuevo Madrid de Luxemburgo y aumentará el victimismo rojiblanco, incapaz de sacar un resultado positivo en el encuentro más deseado durante un lustro.

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