(Libertad Digital) La noticia no sólo se provoca en origen. Falta hacerle el seguimiento demostrando, en el mejor de los casos, un completo desconocimiento de cómo funciona un organismo supervisor de operaciones empresariales y financieras, confundiéndolo –o promocionando una concepción falsa– con un juzgado de instrucción. Pero el único destino jurídico posible es que si hay irregularidades se remitan a la Fiscalía Anticorrupción –instancia en la que el PSOE puso toda su confianza cuando la creó, precisamente para este tipo de asuntos– y, a partir de ahí, empiece la noticia.
Se dice que la documentación clave que demostraría las “irregularidades contables” cometidas –y si fueran ciertas, prescritas– ha desaparecido misteriosamente tanto de los registros informáticos de entrada como de las cajas fuertes por lo que la CNMV decide abrir una “investigación interna”. Eso sí, el organismo que preside Conthe emite un comunicado advirtiendo de que sólo habrá información por escrito y si se produce alguna novedad relevante. Todo ello, añade la nota, para salvaguardar la trasparencia del organismo. Pero empiezan las filtraciones y la cadena SER, desde ese momento, decide informar de la investigación como si se tratara de un proceso de instrucción de un sumario judicial. No hay juez, no hay abogados, ni secretarios pero la cadena de Polanco da cuenta de cómo se “toma declaración” a los protagonistas. Hasta tres en un día, aunque, como cuenta El Confidencial las visitas habían comenzado antes de que la SER radiara la exclusiva de arranque.
Informativamente les parece más atractivo revestir los efectos de una exclusiva con consecuencias judiciales. Este viernes, la SER dice así: “Tras las declaraciones de ayer de los ex presidentes de la CNMV, Fernández-Armesto y Croissier, hoy vuelve a declarar el funcionario que tramitó las denuncias de supuestas irregularidades contables a FC Valores. Su testimonio será contrario al de Croissier, que ayer aseguró que nunca le entregaron las cartas de denuncia”. Además, añade la cadena de Polanco, “ese funcionario tendrá que responder sobre las dos reuniones que mantuvo con Francisco González durante la investigación”. Conocedores del proceso, los servicios informativos de Gran Vía 32 explican que “su declaración se va a contraponer a la del ex-presidente de la CNMV, Luis Carlos Croissier, quien aseguró ayer que ese funcionario nunca le entregó a él los papeles de denuncia de Merrill Lynch”.
Un último apunte en términos de previsión: “La CNMV –informa la cadena de emisoras– tiene ya plazo para cerrar su investigación interna. Ha de presentar conclusiones en el plazo de un mes. De momento, la Comisión no ha llamado a declarar a Francisco González”. Si se asumiera la falacia de que la CNMV es hoy poco menos que un juzgado de instrucción, el proceso estaría tan contaminado que sería recusado en cuestión de minutos: la parte denunciante (la SER) recibe información y está en constante comunicación con el instructor (la CNMV) después de que ésta dijera que sólo daría información si fuera relevante y por escrito, es decir, que hasta ese momento se interpretaría como sujeta a secreto.
La fluidez de comunicación entre la CNMV y la SER –de la que se tiene noticia porque la emisora hace gala de ello– permitiría además poner especial celo en cualquier futura operación del grupo Prisa que haya de ser sometida al control y supervisión del organismo. Antecedentes no faltan.