L D (EFE) La operación, que tuvo lugar a última hora de este lunes en varias localidades sicilianas, se lanzó antes de lo previsto después de que se interceptara una conversación en la que dos de los detenidos hablaban sobre un posible atentado con explosivos contra el fiscal general de Palermo, Pietro Grasso.
Según las investigaciones, que se prolongaron durante tres años, los arrestados formaban "la red logística de respaldo" del jefe supremo de Cosa Nostra, fugitivo de la Justicia desde hace 41 años, y habrían "asegurado sus comunicaciones con la organización mafiosa". Entre los cargos presentados contra los detenidos figuran los de asociación mafiosa, homicidio, extorsión y posesión de armas y estupefacientes.
En la operación participaron cerca de un millar de agentes de la Policía y los Carabineros (policía militarizada), que realizaron decenas de registros y procedieron al secuestro de dos empresas en Bagheria, a pocos kilómetros de Palermo, por su supuesta vinculación a las actividades mafiosas.
El septuagenario Bernardo Provenzano, uno de los hombres más buscados de Italia, ocupó la cúpula de Cosa Nostra en 1993 para suceder a Salvatore "Toto" Riina, detenido tras la ofensiva antimafia que siguió a los asesinatos de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
La Policía cree que el líder mafioso, condenado en rebeldía a cadena perpetua por varios homicidios, aún reside en su Sicilia natal, desde donde dirige la poderosa organización criminal.