(Libertad Digital) Tras el provisional estancamiento en vía muerta de las aspiraciones independentistas de Ibarretxe, el líder socialista vasco, Patxi López, encara ya la inminente campaña electoral vasca aprovechando el fracaso del lehendakari y la disposición de Rodríguez Zapatero a asumir reformas en la política territorial. Este miércoles, el secretario general del PSE ha vuelto a insistir en las principales directrices que pondrá en marcha, en caso de llegar a ser el próximo lehendakari.
López abordará, como primera medida, la reforma del Estatuto, según él “con el diagnóstico de todos los partidos en el País Vasco, sin planes con ningún apellido, para buscar una mejorar lo que ya tenemos”. Otra de sus líneas maestras sigue basculando sobre la idea de la “comunidad nacional”, un término que para el dirigente socialista vasco, “define muy bien nuestras singularidades, nuestras tradiciones, nuestra lengua y nuestras instituciones”.
La “mano tendida” de Zapatero al Gobierno vasco, tras su intervención del martes en el Congreso, ha sido valorada muy positivamente por los socialistas vascos, que ven en la postura del presidente un caldo de cultivo propicio para “las aspiraciones legítimas” de los vascos, según Patxi López. También apuntó que con Zapatero, “mayor autogobierno es posible” y animó al PNV a no jugar “con las cosas de comer”.
Por el contrario, las posiciones del PP han sido calificadas por el político socialista de “inmovilistas e intransigentes” y aclaró que no realizará su campaña en términos de enfrentamiento con los populares, ni tampoco hará un frente común, ya que, a su juicio, “estamos preparados para liderar el cambio” y para “buscar puntos de acuerdo” en la sociedad vasca. En cuanto a la ausencia de referencias a las víctimas del terrorismo en las intervenciones socialistas en el Congreso, López ha dicho que “nadie debe homogeneizar el colectivo de víctimas, que es un colectivo plural”.