LD (EFE) El Comité Independiente de Investigación ha presentado un informe de más de doscientas páginas que se centra en la gestión que Benon Sevan hizo del programa humanitario desarrollado por la ONU en Irak. Según los datos, el chipriota pidió repetidamente a la derrocada dictadura iraquí que asignara petróleo a una empresa suiza, con lo que incurrió "en un grave conflicto de intereses", además de socavar seriamente la integridad de la organización.
Como resultado, la "Africa Middle East Petroleum", pese a tener sólo una pequeña oficina con tres trabajadores, recibió en cuatro años, entre 1998 y 2001, 7,3 millones de barriles de crudo, que pudo revender con un beneficio de 1,5 millones de dólares. El ex presidente de la Reserva Federal de EEUU Paul Volcker, director de la investigación, reconoció que "obviamente, el hallazgo más preocupante es la acumulación de evidencias de que Benon Sevan repetidamente solicitó asignaciones de petróleo para una pequeña compañía comercial". Añadió que "al proporcionar estas asignaciones, el Gobierno iraquí ciertamente pensaba que podía comprar su influencia".
Tras hacerse público el informe, Annan abrió un proceso disciplinario contra Sevan y contra el también chipriota Joseph Stephanides, que era subdirector de la división que da seguimiento al Consejo de Seguridad en el Departamento de Asuntos Políticos. En rueda de prensa, el jefe de gabinete de Annan, Marck Malloch Brown, leyó una declaración en la que el secretario general reitera su intención de tomar medidas adecuadas contra todo el que haya violado la normativa de la organización. Además, se compromete a levantar la inmunidad del personal implicado en caso de que se presenten contra ellos acusaciones criminales.
La tía millonaria
En el informe de la comisión especial se relata cómo el régimen de Sadam buscaba el apoyo de Sevan en determinadas cuestiones, particularmente en su deseo de "obtener fondos para reparar y reconstruir la infraestructura petrolera iraquí". De hecho, prácticamente desde su nombramiento como director del programa humanitario, Sevan pidió repetidamente al Consejo de Seguridad de la ONU que se permitiera destinar una parte de los fondos del programa humanitario a esta cuestión.
En junio de 1998, el Consejo de Seguridad autorizó una expansión del programa humanitario "sin precedentes", dice el informe, que permitió al Gobierno iraquí usar trescientos millones de dólares para renovar las instalaciones de producción y transporte de crudo. En la investigación no se ha podido determinar si Sevan obtuvo un beneficio económico de esta actuación, aunque se han analizado los 160.000 dólares que recibió entre 1999 y 2003 ajenos a su salario de la ONU.