L D (EFE) La votación estuvo precedida de un caos total en la sala, hasta el punto que fue detenida en numerosas ocasiones. Finalmente la votación fue de 118 contra la admisión de la Federación de Cataluña, 8 a favor y 2 abstenciones.
La Federación Española jugó fuerte sus cartas durante la asamblea y en la votación, y evitó en todo momento que la catalana, la cual inicialmente no tenía voz ni voto, interviniera, sobre todo por parte de su representante legal, el letrado belga Jean Louis Dupont, y por su presidente, Ramon Basiana.
En el intento de tomar la palabra por parte de Dupont, pues sostenía que estaba autorizado porque se estaban "violando derechos fundamentales", señaló posteriormente el letrado, propició que se generase un tumulto en la mesa presidencial, en la que ya no estaba el catalán Isidro Oliveras de la Riva como presidente, al haber dimitido minutos antes.
El secretario general de la asamblea, el italiano Roberto Marotta, fue el que tenía que gestionar el cauce de la asamblea pero de golpe perdió los papeles y se produjo el caos en la sala. El origen del conflicto surgió por un malentendido propiciado por la propia FIRS, la cual admitió por la madrugada una apelación de la catalana contra las decisiones del comité central. La FIRS no aclaró qué mecanismo se utilizaría para tratar el recurso presentado por la federación de Cataluña y cuando éste llegó a la asamblea no se supo cómo resolverlo.
De esta forma, la cuestión catalana entró en el orden del día como un asunto a votar. Ello propició la queja de la delegación española ante la explicación poco clarividente del italiano Roberto Marotta, secretario general de la FIRS. Mientras, el abogado de la Española, Ignacio Gonzaléz, insistía en que la mesa precisase por qué se debía votar. En estas, el letrado Dupont solicitó también la palabra y la delegación española intentó negarle esta condición, igual que a Ramón Basiana, que se acercó, incluso, a la mesa.
Dupont se acercó también a la mesa presidencial y se originó un revuelo, en el que incluso hubo algún que otro empujón. El representante portugués, Fernando Elias Claro, desde la platea solicitó airadamente la palabra para poner orden. Cuando intervino, pidió cordura a los presentes "porque estamos dando una imagen vergonzosa. Pensemos en que nuestro objetivo es ser olímpicos en el 2012".
La votación, finalmente, fue a mano alzada y fue abrumadora contra la Federación de Cataluña, que sólo recibió el respaldo de ocho votos, además de las dos abstenciones.