L D (EFE) Oberto tomó las riendas del ataque del Pamesa en los primeros minutos, aunque eso no fue suficiente. La impresionante racha anotadora de Kris Sergeant impulsó al Spirou Charleroi, que estableció un amenazador 25-18 en el marcador. El Pamesa vio en peligro el partido y reaccionó. La salida a la cancha de Alejandro Montecchia y Cyrl Julian dio más consistencia al juego del equipo que dirige Pablo Laso, lo que unido a una mejor labor defensiva le permitió dar la vuelta al choque con un fulgurante parcial de 1-12.
Apoyado por su público, el conjunto belga consiguió que el encuentro no se le fuera de las manos definitivamente. La velocidad de Marcus Faison le dio un nuevo impulso y le permitió llegar al descanso con una desventaja superable (35-40). El alero estadounidense continuó con su recital en la reanudación. Volvió loca a la defensa visitante y sólo los puntos de Rakocevic permitió al cuadro taronja mantener el tipo, aunque a duras penas (50-50, minuto 26). El encuentro entró en un torpe intercambio de canastas que elevó la emoción del encuentro a medida que el reloj descontaba los minutos para el final.
Fue entonces cuando el equipo español demostró su mayor experiencia en este tipo de partidos. La habilidad de Rakocevic, unida a una mayor presencia del juego interior del Pamesa, le dio una cómoda ventaja con la que afrontar el tramo final (67-72, m.35). El bosnio Krupalija fue el protagonista del último intento belga por viajar a Valencia con una mínima renta, pero entre el escolta serbio y Montecchia lo desactivaron y sellaron el triunfo del Pamesa.
Apoyado por su público, el conjunto belga consiguió que el encuentro no se le fuera de las manos definitivamente. La velocidad de Marcus Faison le dio un nuevo impulso y le permitió llegar al descanso con una desventaja superable (35-40). El alero estadounidense continuó con su recital en la reanudación. Volvió loca a la defensa visitante y sólo los puntos de Rakocevic permitió al cuadro taronja mantener el tipo, aunque a duras penas (50-50, minuto 26). El encuentro entró en un torpe intercambio de canastas que elevó la emoción del encuentro a medida que el reloj descontaba los minutos para el final.
Fue entonces cuando el equipo español demostró su mayor experiencia en este tipo de partidos. La habilidad de Rakocevic, unida a una mayor presencia del juego interior del Pamesa, le dio una cómoda ventaja con la que afrontar el tramo final (67-72, m.35). El bosnio Krupalija fue el protagonista del último intento belga por viajar a Valencia con una mínima renta, pero entre el escolta serbio y Montecchia lo desactivaron y sellaron el triunfo del Pamesa.