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Marín admite ser “un ingenuo y un inocente” al haber permitido hablar en catalán en el Congreso

El presidente del Congreso, Manuel Marín, afirmó este martes que su decisión de no permitir el uso del catalán, el euskera y el gallego en los debates parlamentarios se mantendrá firme hasta que los grupos políticos no logren un acuerdo sobre este asunto en la reforma del Reglamento de la Cámara. Marín admite haber sido “un ingenuo y un inocente” al permitir usar las lenguas cooficiales y responsabiliza a ERC de su decisión. Marín quiere acabar así con “esta especie de tortura semanal”.

L D (EFE) Marín, en una rueda de prensa al término de la reunión de la Mesa del Congreso, anunció que no tolerará más "escaramuzas y emboscadas parlamentarias", en alusión al comportamiento del portavoz de ERC, Joan Tardá, y de que retirará la palabra a aquellos diputados que no empleen el castellano en sus intervenciones. El presidente del Congreso admitió que fue "un ingenuo y un inocente" al permitir breves intervenciones en las lenguas cooficiales e insistió en que sólo un acuerdo entre los grupos o una reforma de la Constitución harían posible reconsiderar su postura.

La decisión comunicada este martes a la Mesa de la Cámara por parte de Marín revoca la que adoptó el pasado 8 de febrero, que permitía el uso limitado del catalán, el euskera y el gallego siempre que viniera acompañado de su correspondiente traducción. El cambio de actitud viene motivado por el incidente que tuvo lugar en el hemiciclo el pasado jueves, cuando Marín ordenó a Tardá abandonar la tribuna por considerar que estaba haciendo un uso excesivo de la regla impuesta dos semanas antes.

"No puedo aceptar de ninguna de las maneras, como presidente del Congreso, que todas las semanas, en el hemiciclo, se vuelva a reproducir la escaramuza y la emboscada parlamentaria utilizando la lengua como excusa", explicó. "Admito que he sido un inocente y un ingenuo y de que tomé una decisión que, probablemente, no era la apropiada; pero pensaba encontrarme siempre con gente razonable y no lo he conseguido", añadió.

Marín no quiso "responsabilizar" a Tardá, pero reconoció que se trata de "un caso muy reducido" ya que el resto de grupos sí ha respetado las normas. En este sentido, respecto a ERC, afirmó: "Ningún otro miembro de un grupo parlamentario ha creado problemas. Hay vascos y gallegos en la Cámara que son muy respetuosos. El tema está muy reducido". Para acabar con "esta especie de tortura semanal", Marín explicó que a partir de ahora, llamará al orden a aquel diputado que emplee un idioma distinto al castellano, y que en caso de reincidencia, le retirará la palabra.

Manifestó que la única vía para resolver este contencioso sería un acuerdo de todos los grupos en el seno de la ponencia que negocia la reforma del Reglamento. "Si en el plano político, se llega a un acuerdo, estaré dispuesto a reconsiderar esta decisión. Mientras tanto, las escaramuzas y las emboscadas ya conocidas se han terminado", advirtió. También apuntó como posible solución una reforma del artículo 3.1 de la Constitución, que establece que el castellano es la lengua oficial del Estado.

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