(Libertad Digital) Según recoge este sábado el diario La Razón, la Brigada de Investigación Tecnológica del Cuerpo Nacional de Policía se ha encontrado sorprendida cuando, al analizar las entradas y salidas de la torre el día del siniestro, ha visto que habían sido más de 600. Las autoridades prefieren ser cautas, ya que la mayor parte de estos movimientos los generaron los propios vigilantes de seguridad en el desempeño de su labor. Además, para la Policía, los datos con mayor interés son los registrados a partir de las cuatro de la tarde y serán los que tendrán prioridad en el estudio.
Además del número de entradas y salidas, la CPU de control de acceso al edificio registra la identidad de la persona que ha entrado ya que, para pasar los tornos, era necesario introducir una tarjeta en la que constaba la identidad de la persona que había entrado. Gracias a la CPU, la Policía ha logrado saber que a las doce de la noche, cuando las llamas del incendio se veían desde la calle, alguien sacó un vehículo del garaje de la torre. Más tarde, se pudo saber que el coche pertenecía a un empleado de la vecina Torre Picasso y que lo solía aparcar ahí.
Según el diario, el juez que instruye el caso recibirá los análisis de todos los escombros obtenidos durante el desmontaje del edificio, como pruebas que se incorporarán al sumario. Ya están a disposición judicial las cintas de las famosas siluetas (que ya se ha demostrado que son auténticas), pero el juez ha decidido que no llamará a nadie a declarar hasta que se encuentre en posesión de todas las pericias.