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Miles de opositores toman la sede del Gobierno de Kirguistán y derrocan al presidente Akayév

Unos veinte mil opositores tomaron las calles de Bishkek, la capital de Kirguizistán, donde se han registrado violentos enfrentamientos con la Policía y el Ejército. Varios "escuadrones" progubernamentales vestidos de civil golpearon brutalmente a los inconformes. La respuesta fue la toma del edificio sede del Gobierno por parte de los miembros de la coalición "Por la Democracia y la Sociedad Civil". El presidente Askar Akáyev tuvo que salir por la puerta de atrás.

Unos veinte mil opositores tomaron las calles de Bishkek, la capital de Kirguizistán, donde se han registrado violentos enfrentamientos con la Policía y el Ejército. Varios "escuadrones" progubernamentales vestidos de civil golpearon brutalmente a los inconformes. La respuesta fue la toma del edificio sede del Gobierno por parte de los miembros de la coalición "Por la Democracia y la Sociedad Civil". El presidente Askar Akáyev tuvo que salir por la puerta de atrás.
LD (EFE) Miles de opositores han tomado la sede del Gobierno ubicado en el centro de Bishkek, capital de Kirguizistán. El edificio estaba resguardada por fuerzas policiales y militares que se negaron a oponer resistencia ante los inconformes que exigen la renuncia del presidente Askar Akáyev.
 
Edil Baisálov, presidente de la coalición "Por la Democracia y la Sociedad Civil", principal organización opositora, declaró que el mandatario ha sido "apartado del poder" y que "el anterior Parlamento se reunirá esta noche o mañana de manera extraordinaria para nombrar al actual primer ministro, Nikolái Tanáyev, presidente interino".
 
Tras la toma del edificio, varias agencias de noticias informaron de que los opositores retuvieron a los ministros de Defensa y de Seguridad, Esén Topoyev y Kaliki Imankulov, respectivamente. Desde las ventanas del edificio, incluido la oficina del presidente, Askar Akáyev, los asaltantes tiraron documentos, muebles y ordenadores. Mientras, grupos de manifestantes se dirigían a la alcaldía de la capital de esa república centroasiática. En ese momento, fuentes de la oposición llegaron a afirmar que hacia Bishkek avanzaba una columna blindados con la misión de hacerse con el control de los edificios de la administración.
 
Desde las primeras horas de este miércoles, la plaza central de la ciudad, miles de opositores empezaron a reunirse para exigir la renuncia de Akáyev. A media jornada, varios de ellos empezaron a apedrear el edificio gubernamental. Decenas de policías antidisturbios cargaron contra ellos disparando cartuchos de fogueo y utilizando porras y escudos plásticos.
 
En otra zona de la plaza, "escuadrones" progubernamentales echaron mano de palos de madera para golpear a jóvenes miembros de la organización opositora juvenil "Kel-Kel". Varios de ellos resultaron gravemente heridos y fueron trasladados a clínicas cercanas. Minutos después, Akáyev, abandonaba el edificio por la puerta de atrás para dirigirse a su residencia para reunirse con representantes de la OSCE
 
Baisálov declaraba que además la "inmediata" dimisión de Akáyev -en el poder desde 1990-, los opositores exigen la disolución del Parlamento, la repetición de las elecciones legislativas y el adelanto de las presidenciales previstas para octubre próximo.
 
Diez autobuses con partidarios de la oposición se desplazaron a la capital kirguís para convocar un "congreso del pueblo" y establecer un Gobierno paralelo como ya hicieron en las regiones de Osh, Jalal-abad y Talás. No obstante, las autoridades kirguís insisten en que no declararán el estado de excepción y que impedirán, a toda costa, una "revolución de terciopelo" como en Georgia y Ucrania.

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