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MANIFIESTO ELECTORAL de María San Gil ante las elecciones vascas

A continuación reproducimos íntegramente el Manifiesto electoral de María San Gil, candidata a lehendakari por el Partido Popular en las elecciones vascas del próximo 17 de abril.

El próximo día 17 de abril los vascos tenemos una nueva cita con las urnas; ese día elegiremos a nuestros representantes en el Parlamento Vasco, de quienes dependerá la formación de un nuevo Gobierno.
 
Para el Partido Popular del País Vasco, el 17 de abril representa la oportunidad de impulsar, con nuestro voto, el cambio político en Euskadi;  la posibilidad de lograr, tras 25 años de gobiernos nacionalistas y toda una legislatura dedicada a la ruptura y la división de la sociedad vasca por medio del Plan de Ibarretxe, un nuevo gobierno al servicio del futuro de todos, sobre bases de convivencia en libertad.
 
El Partido Popular del País Vasco trabaja por la alternativa política;  es decir, por construir una mayoría dispuesta a gobernar desde otros conceptos, con otros objetivos y al servicio del conjunto de la sociedad.  Lo hemos hecho, con impecable coherencia y lealtad, en todos y cada uno de los lugares en los que esa alternativa dependía de nuestro voto;  y somos conscientes, en 2005, de que sólo el PP garantiza la apuesta por la alternativa y el cambio real.
 
Comparecemos a estas elecciones con unas señas de identidad claras, ofreciendo a la sociedad vasca un proyecto político centrado en el logro de las aspiraciones de los ciudadanos; un proyecto al servicio de la gente, identificado con una mayoría plural de hombres y mujeres libres, que aspiran a construir un futuro mejor y plenamente democrático.
 
El PNV ha dado la espalda a la sociedad vasca y ha puesto las instituciones al servicio de intereses partidistas. Ahora sabemos que la única oferta del PNV y sus coaligados a la sociedad vasca es más frustración, más división y más inestabilidad, promoviendo el Plan Ibarretxe de la mano de ETA-Batasuna.
 
Por su parte, el PSE ha abandonado su proyecto propio. Ya no apuesta por la alternativa constitucionalista y ha preferido ponerse al servicio del nacionalismo antes que mantener los principios y convicciones defendidos en el año 2001.
 
Ante esta situación no cabe la resignación;  los vascos tenemos energía y voluntad para construir una alternativa política que regenere democráticamente nuestras instituciones.
 
Ha llegado el momento de poner el acento en la convivencia dentro de la pluralidad;  hay una mayoría social vasca comprometida en la defensa de las libertades y valores democráticos, y que apuesta, por tanto, por la derrota democrática de los terroristas;  hay una mayoría que pone convicción en la defensa de las reglas de juego, en la vigencia del Estatuto de Gernika y de nuestras instituciones de autogobierno; hay una mayoría plural, que tiene en común aspiraciones de progreso y bienestar, mediante políticas que primen la confianza y la estabilidad política, económica y social.
 
Con este propósito hemos formulado un proyecto político abierto, participativo, dispuesto a representar a esa amplia base social;  un proyecto coherente y consecuente, que sólo concibe el ejercicio del poder al servicio del conjunto de los ciudadanos. Porque el futuro Gobierno Vasco debe resolver los problemas que de verdad preocupan a los ciudadanos, en vez de inventarse nuevas preocupaciones que impiden que Euskadi avance.
 
Con este objetivo hacemos público nuestro compromiso democrático con la sociedad vasca, articulado en torno a cuatro pilares fundamentales, verdaderas señas de identidad del proyecto político que defendemos, y que propugnamos como claves de la acción política del próximo Gobierno Vasco:
 
Ante todo, nuestro COMPROMISO CON LA LIBERTAD, porque garantizar la libertad de todos los ciudadanos es la obligación primera de todo gobierno democrático.
 
Los vascos conocemos perfectamente el valor de su significado y el coste pagado por su carencia;  debemos movilizar todos los recursos y la voluntad necesaria para asegurar un futuro en libertad a toda la sociedad vasca; para garantizar el libre ejercicio de sus derechos democráticos, en pie de igualdad, a todos y cada uno de nuestros conciudadanos.
 
Nuestro compromiso con la libertad supone, por tanto, la implicación activa de nuestras instituciones en la derrota de ETA, desterrando actitudes políticas que han contribuido a su supervivencia hasta el momento presente; necesita de la participación de todos en la memoria, reconocimiento y justicia que demandan y merecen sus víctimas; y exige el pleno respaldo a la actuación de Estado de derecho en su lucha contra el terrorismo, en todas sus formas y expresiones, para ganar un futuro de convivencia en libertad.
 
El compromiso con la libertad lo es también con la normalización democrática de Euskadi, con la defensa de valores como el respeto a la legalidad, la estabilidad institucional o la división de poderes, inseparables de una cultura política democrática.
 
Nuestra segunda seña de identidad, formulada desde el ejercicio de las libertades, es nuestro COMPROMISO CON LAS PERSONAS, con los ciudadanos y su realidad plural y diversa, con su voluntad de entendimiento y convivencia, con su progreso y bienestar, con la solución de sus problemas y el logro de sus aspiraciones. Queremos recuperar a las personas como referencia y eje de la acción política.
 
Los vascos sabemos que construir un futuro de todos y ganar la modernidad exige que el concepto de ciudadanía y el principio de igualdad sustituyan de modo definitivo a toda referencia étnica o predemocrática.
 
Nuestro compromiso con las personas se traduce, por tanto, en la defensa del pluralismo, el respeto tolerante de las diferencias y el desarrollo de identidades compartidas, incluyentes, construidas a partir de sentimientos de pertenencia concéntricos y no excluyentes.
 
Afirmamos, también, nuestro compromiso en la salvaguarda de nuestras dos lenguas, el apoyo a la cultura vasca que se expresa en euskera y en castellano, la compatibilidad de símbolos y de referencias sociales y políticas que contribuyen a una identidad rica, ninguna de las cuales nos es ajena y a ninguna de las cuales estamos dispuestos a renunciar.
 
Nuestra tercera seña de identidad es, un cuarto de siglo después de que el árbol de nuestras libertades diera el fruto del Estatuto de Gernika, la constatación de la vigencia y la fortaleza de nuestra autonomía. Reafirmamos nuestro COMPROMISO CON EL AUTOGOBIERNO, con su desarrollo y con los elementos claves de su singularidad;  en particular con el Concierto Económico, que algunas voces pretenden cuestionar, desde la ignorancia y la mendacidad.
 
A diferencia de quienes ponen en riesgo 25 años de éxito democrático, nosotros denunciamos que los mismos que han gobernado gracias al Estatuto no están legitimados para extender su certificado de defunción; al contrario, el Estatuto debe ser la base sobre la que seguir construyendo la convivencia democrática de la próxima generación de vascos.
 
Nuestro compromiso, por tanto, con el Estatuto y con su desarrollo en coherencia con nuestra historia y con los principios de autonomía local y de subsidiariedad que consagran la Constitución Española de 1978 y la Constitución Europea;  es decir, nuestro compromiso con la potenciación de Diputaciones Forales y Ayuntamientos, con el refuerzo de sus competencias, con la redistribución de recursos financieros entre las diferentes administraciones.
 
Nuestra cuarta seña de identidad, ante la cita con las urnas el 17 de abril, es nuestro COMPROMISO POR EL CAMBIO POLÍTICO, con el impulso de la alternativa política, consustancial a la democracia y que hoy, en Euskadi, es imprescindible para la regeneración democrática de nuestras instituciones.
 
Necesitamos otro gobierno para hacer otra política. Un gobierno de todos y para todos los vascos, eficaz, que dé solución a los problemas reales y responda al interés general.
 
Deseamos un gobierno comprometido con el conjunto de nuestra sociedad;  queremos el cambio sin complejos, sin debilidades;  impulsar la alternativa al PNV para desarrollar otro concepto de la acción política, para abrir las instituciones al conjunto del País; para, desde la lealtad, seguir defendiendo la pertenencia de Euskadi a España.
 
Pedimos la confianza de los ciudadanos para aunar esfuerzos con este propósito; un propósito que no está condicionado por coyunturas políticas o consideraciones estratégicas. Porque nuestro compromiso por el cambio es la garantía del impulso de la alternativa en Euskadi, a partir del 17 de abril.
 
Somos la única fuerza política que, de forma veraz y transparente, apuesta por el cambio, por la convivencia, por la defensa del Estatuto y por la igualdad entre todos los vascos. Somos la única garantía para un futuro mejor.

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