L D (Agencias) La operación ha consistido en la implantación de una sonda que va desde la nariz hasta el estómago y que tiene por objetivo favorecer la deglución de los alimentos, dada la dificultad que tienen para ello los enfermos de Parkinson, como ocurre con Juan Pablo II.
A través de un comunicado, Navarro Valls dio a conocer que la implantación de la sonda pretende "mejorar el aporte de calorías y favorecer una recuperación válida de las fuerzas", por lo que será alimentado de esa manera.
El Papa "continúa su lenta y progresiva convalecencia", según la nota de Navarro, quien asegura que Juan Pablo II "transcurre muchas horas de la jornada en un sillón, celebra misa en su capilla privada y está en contacto de trabajo con sus colaboradores, siguiendo directamente la actividad de la Santa Sede y la vida de la Iglesia".
El portavoz confirma que las actividades públicas del Pontífice permanecen suspendidas y añade que la asistencia médica está garantizada por el servicio sanitario de la Ciudad del Vaticano, dirigido por su médico personal, Renato Buzzonetti.
El Pontífice apareció hoy unos minutos ante la ventana del Palacio Apostólico para saludar y bendecir a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. La intervención se ha desarrollado después de que centenares de fieles acudieron a San Pedro con la esperanza de que Juan Pablo II se dejara ver tras la ventana del Palacio Apostólico y les saludara y bendijera, como hizo el miércoles pasado tras la habitual audiencia semanal, informa Efe.
Aunque la de este miércoles había sido suspendida, muchos fieles se congregaron en la Plaza, ilusionados ante la posibilidad de ver al Pontífice, y su deseo se vio satisfecho porque las pantallas instaladas en ese recinto anunciaron que el Papa saldría hacia las 11.00 horas. Poco después de esa hora la silla de Karol Wojtyla fue arrimada a la ventana, donde estuvo cuatro minutos en los que saludó y bendijo en silencio, aunque en un determinado momento intentó hablar sin éxito.
Después de que uno de sus colaboradores diera el saludo en varios idiomas, un micrófono fue acercado a la boca del Pontífice, pero fue retirado después de que dirigiría unas palabras: "Buena Pascua".
El Papa "continúa su lenta y progresiva convalecencia", según la nota de Navarro, quien asegura que Juan Pablo II "transcurre muchas horas de la jornada en un sillón, celebra misa en su capilla privada y está en contacto de trabajo con sus colaboradores, siguiendo directamente la actividad de la Santa Sede y la vida de la Iglesia".
El portavoz confirma que las actividades públicas del Pontífice permanecen suspendidas y añade que la asistencia médica está garantizada por el servicio sanitario de la Ciudad del Vaticano, dirigido por su médico personal, Renato Buzzonetti.
El Pontífice apareció hoy unos minutos ante la ventana del Palacio Apostólico para saludar y bendecir a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro. La intervención se ha desarrollado después de que centenares de fieles acudieron a San Pedro con la esperanza de que Juan Pablo II se dejara ver tras la ventana del Palacio Apostólico y les saludara y bendijera, como hizo el miércoles pasado tras la habitual audiencia semanal, informa Efe.
Aunque la de este miércoles había sido suspendida, muchos fieles se congregaron en la Plaza, ilusionados ante la posibilidad de ver al Pontífice, y su deseo se vio satisfecho porque las pantallas instaladas en ese recinto anunciaron que el Papa saldría hacia las 11.00 horas. Poco después de esa hora la silla de Karol Wojtyla fue arrimada a la ventana, donde estuvo cuatro minutos en los que saludó y bendijo en silencio, aunque en un determinado momento intentó hablar sin éxito.
Después de que uno de sus colaboradores diera el saludo en varios idiomas, un micrófono fue acercado a la boca del Pontífice, pero fue retirado después de que dirigiría unas palabras: "Buena Pascua".
Se advirtió la inquietud en sus manos ya que, aparte de cuando saludó con la derecha y bendijo, las pasaba por la cara y luego las volvía a agitar. También movió la cabeza continuamente, mientras en el exterior los fieles aplaudían y mostraban su afecto por el anciano Pontífice, cuyo aspecto es débil. Esta movilidad del rostro es una consecuencia no deseada de los fármacos contra la enfermedad del Parkinson que padece desde hace años, según los neurólogos.