L D (Agencias) El cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini, dijo a las ocho menos cuarto de la tarde de este viernes que el Papa "ya ve y toca a Dios", durante la homilía de la misa que se celebra en la catedral de Roma, San Juan de Letrán, por Juan Pablo II. "En estas horas de sufrimiento, como siempre durante su incansable ministerio, ya ve y toca a Dios, ya está unido a nuestro único salvador", dijo el cardenal Ruini en la celebración, a la que asisten las principales autoridades italianas.
También recordó la "fuerte y plena" fe del Pontífice, que está afrontando "la prueba más difícil de su larga y extraordinaria vida, y la afronta y la vive con la misma serenidad interior", añadió.
PARTE MÉDICO DE LAS 19.00 HORAS
Poco antes de las siete de la tarde, el portavoz del Vaticano realizaba un nuevo comunicado sobre la salud del Papa Juan Pablo II. Dice lo siguiente:
"Las condiciones generales y cardiorrespiratorias del Santo Padre se han agravado nuevamente. Se registra un aumento de la hipotensión arterial, mientras la respiración es superficial. Se ha creado un cuadro clínico de insuficiencia cardiocirculatoria y renal. Los parámetros biológicos están notablemente afectados. El Santo Padre, con visible participación, se asocia a las continúas oraciones de quienes le asisten".
A mediodía, el portavoz del Vaticano decía que la situación del Papa “es estacionaria". Navarro, visiblemente afectado, dijo que Su Santidad “está consciente, ha seguido un Vía Crucis desde la cama y ha recibido a sus colaboradores. La situación es estacionaria. Permanecen las condiciones vitales pero los parámetros biológicos están alterados y la presión arterial no es estable. Juan Pablo II sigue lúcido y muy sereno”. Justo en los momentos anteriores a su comparecencia, el portavoz, explicó que Su Santidad había pedido que le leyeran las Sagradas Escrituras, que siguió con "suma atención".
Juan Pablo II, aseguró Navarro, recibió este viernes a sus más estrechos colaboradores, entre ellos el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano; el sustituto de la secretaría de Estado ("número tres" de la Santa Sede), el arzobispo argentino Leonardo Sandri; el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini; el decano del colegio cardenalicio, Joseph Ratzinger, y el "ministro de Exteriores" del Vaticano, el arzobispo Giovanni Lajolo.
Vía Crucis y lectura de las Sagradas escrituras
Según Navarro, a pesar del estado del Papa, éste recordó que es viernes y pidió que se rezase el Vía Crucis. Al final de cada una de las catorce estaciones, Juan Pablo II se hizo la señal de la cruz. El anciano Pontífice siguió con mucha atención el Vía Crucis.
También pidió que se rezara la liturgia de las horas y como suele hacer los
viernes pidió que se le leyera un texto de las Sagradas Escrituras. Navarro precisó que Juan Pablo II estuvo informado "desde el primer momento" de la gravedad de su situación y "preguntó si era estrictamente necesario su traslado al hospital". "Al conocer que no, quiso permanecer en el Vaticano", destacó el portavoz, antes de precisar que los apartamentos papales se han equipado de modo que se le pueda proporcionar al Pontífice la asistencia sanitaria adecuada.
Navarro Valls volvió a repetir los detalles del parte difundido a primera hora de este viernes, que explicaba que en la tarde del jueves el Papa sufrió un "paro cardiocirculatorio" y sus condiciones de salud son "muy graves". Su situación está permanentemente vigilada por un equipo integrado por su médico personal, Renato Buzzonetti, así como dos especialistas en reanimación, un cardiólogo, un otorrinolaringólogo y dos enfermeras, reiteró el portavoz. Navarro hizo hincapié en que el anciano Pontífice, de 84 años, se encuentra "extraordinariamente sereno". "El Papa está lúcido y extraordinariamente sereno, aunque con las lógicas dificultades respiratorias".
También pidió que se rezara la liturgia de las horas y como suele hacer los
viernes pidió que se le leyera un texto de las Sagradas Escrituras. Navarro precisó que Juan Pablo II estuvo informado "desde el primer momento" de la gravedad de su situación y "preguntó si era estrictamente necesario su traslado al hospital". "Al conocer que no, quiso permanecer en el Vaticano", destacó el portavoz, antes de precisar que los apartamentos papales se han equipado de modo que se le pueda proporcionar al Pontífice la asistencia sanitaria adecuada.Navarro Valls volvió a repetir los detalles del parte difundido a primera hora de este viernes, que explicaba que en la tarde del jueves el Papa sufrió un "paro cardiocirculatorio" y sus condiciones de salud son "muy graves". Su situación está permanentemente vigilada por un equipo integrado por su médico personal, Renato Buzzonetti, así como dos especialistas en reanimación, un cardiólogo, un otorrinolaringólogo y dos enfermeras, reiteró el portavoz. Navarro hizo hincapié en que el anciano Pontífice, de 84 años, se encuentra "extraordinariamente sereno". "El Papa está lúcido y extraordinariamente sereno, aunque con las lógicas dificultades respiratorias".
Rezos por el Sumo Pontífice
Centenares de fieles acudieron a la plaza de San Pedro para seguir de cerca la evolución y rezar por una mejoría de Juan Pablo II quien, como ya contó Navarro, recibió el jueves el Viático, la extremaunción, después de haber sufrido un "paro cardiocirculatorio. El estado de salud de Juan Pablo II se precipitó el jueves al sufrir una infección en las vías urinarias, tras lo cual tuvo "un choque séptico con colapso cardiocirculatorio". Fue atendido inmediatamente por el equipo médico que estaba de guardia en su apartamento privado en el Palacio Apostólico y se activaron todas las medidas "terapéuticas y de asistencia cardiorrespiratoria necesarias".
El pesimismo sobre su evolución se hizo patente a lo largo de la mañana. El cardenal polaco Andrea Deskur dijo que Juan Pablo II "se apaga serenamente", el cardenal Camillo Ruini afirmó tras visitarle que estaba lúcido y el purpurado italiano Ersilio Tonini se limitó a un "hágase la voluntad de Dios".
Centenares de fieles acudieron a la plaza de San Pedro para seguir de cerca la evolución y rezar por una mejoría de Juan Pablo II quien, como ya contó Navarro, recibió el jueves el Viático, la extremaunción, después de haber sufrido un "paro cardiocirculatorio. El estado de salud de Juan Pablo II se precipitó el jueves al sufrir una infección en las vías urinarias, tras lo cual tuvo "un choque séptico con colapso cardiocirculatorio". Fue atendido inmediatamente por el equipo médico que estaba de guardia en su apartamento privado en el Palacio Apostólico y se activaron todas las medidas "terapéuticas y de asistencia cardiorrespiratoria necesarias".El pesimismo sobre su evolución se hizo patente a lo largo de la mañana. El cardenal polaco Andrea Deskur dijo que Juan Pablo II "se apaga serenamente", el cardenal Camillo Ruini afirmó tras visitarle que estaba lúcido y el purpurado italiano Ersilio Tonini se limitó a un "hágase la voluntad de Dios".