Menú

Muere el Papa Juan Pablo II

Tras una larga agonía, el Vaticano anunció en un escueto comunicado el fallecimiento del Papa Juan Pablo II a las 21:37 horas de este sábado. El cardenal polaco Edmund Szoka, encargado de oficiar el rosario, trasladó la noticia de la muerte a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro con la frase: "Acompañemos al Santo Padre". Nada más conocerse la muerte, el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, entonó el "De Profundis" y posteriormente recitó una plegaria ante los fieles. Poco antes se habían apagado las luces de las dependencias del Papa. A continuación comenzaron a sonar las campanas de la Basílica.

Tras una larga agonía, el Vaticano anunció en un escueto comunicado el fallecimiento del Papa Juan Pablo II a las 21:37 horas de este sábado. El cardenal polaco Edmund Szoka, encargado de oficiar el rosario, trasladó la noticia de la muerte a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro con la frase: "Acompañemos al Santo Padre". Nada más conocerse la muerte, el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, entonó el "De Profundis" y posteriormente recitó una plegaria ante los fieles. Poco antes se habían apagado las luces de las dependencias del Papa. A continuación comenzaron a sonar las campanas de la Basílica.
(Libertad Digital) El cardenal italiano Camillo Ruini, vicario del Papa para la diócesis de Roma, ha sido el encargado de comunicar, tal y como estaba previsto, la muerte de Juan Pablo II tras 26 años de Pontificado.
 
Ante el agravamiento de la salud de Su Santidad, ya este viernes el cardenal llegó a primera hora de la mañana al Palacio Apostólico del Vaticano. Por la tarde, bendijo la agonía del Papa durante la homilía de una misa solemne celebrada en San Juan de Letrán, la catedral de Roma.
 
Sus palabras empezaban a anunciar el pronto desenlace. "Ya ve y toca a Dios", dijo a los fieles. El Papa todavía tuvo fuerzas para llegar hasta el sábado.
 

 
El cardenal Ratzinger, este pasado viernes. EFEEl cardenal Ratzinger presidirá los funerales, que se prolongarán durante nueve días. El decimoquinto día desde la muerte del Pontífice o, según lo previsto en la Constitución, no más allá del vigésimo, todos los cardenales deben presentarse en el Vaticano para participar en el cónclave sucesorio. En el momento del fallecimiento del Pontífice, además de Ruini, se encontraba junto al Papa su secretario personal, monseñor Stalisnao Dizwisz, que el jueves por la tarde le dio la extremaunción, y al menos cinco médicos.
 
El equipo estaba dirigido por el médico personal del Papa, Renato Buzzonetti, de 81 años y al lado del Pontífice desde hace 26 años, y formado por Giampiero Gasparro, especialista en medicina interna del Hospital San Camillo; Rodolfo Proietti, titular de anestesiología y reanimación; el profesor Luigi Fontana, alergólogo e inmunólogo; y GaetanoPaludetti, ordinario de otorrinolaringoiatría.
 
Una larga agonía tras dos meses de declive
 
Los dos últimos meses marcaron el declive físico de Juan Pablo II, cuya salud ya era delicada. El pasado 1 de febrero el Papa fue ingresado en el Policlínico Gemelli donde se le diagnóstico una laringotraqueítis aguda asociada a la gripe que padecía desde algunos días antes, con la consiguiente dificultad para respirar y deglutir. Tras diez días de hospitalización el Pontífice abandonó el centro sanitario y volvió al Vaticano en el conocido como "papamóvil", ante las cámaras de todo el mundo.

Sin embargo, los problemas continuaron y el 24 de febrero las complicaciones respiratorias se agravaron, lo que obligó a un nuevo ingreso en el Gemelli y a una traqueotomía de urgencia para superar esa crisis. La operación suscitó no sólo la preocupación general, dado la debilidad del paciente, de 84 años, sino la alarma ante la posibilidad de que no fuera capaz de volver a hablar, puesto que ya con anterioridad la enfermedad de Parkinson hacía complicada la fonación.

El 13 de marzo Juan Pablo II salió de nuevo del Gemelli, esa vez en una furgoneta en la que se instaló una cámara para mostrar la aparente fortaleza de Wojtyla. Unas horas antes de recibir el alta, en el mismo hospital, había seguido el rezo del Ángelus asomado a una ventana y dirigido unas palabras de saludo a los fieles congregados en el exterior.
 
El último Via Crucis del Papa

Esas fueron las últimas palabras pronunciadas públicamente por el Papa, que sin embargo apareció varias veces, ya desde el Vaticano, para saludar a los fieles. Juan Pablo II vivió la Semana Santa en el Vaticano, pero por primera vez en sus veintiséis años de Pontificado estuvo ausente en los principales actos litúrgicos. El Domingo de Resurrección, marcó un punto de difícil retorno, porque cuando intentó dirigirse a los fieles no lo consiguió y de su boca apenas salió un suspiro ronco. Tres días después, el miércoles 30, un nuevo intento de hablar ante los fieles en la plaza de San Pedro terminó en fracaso. Sus gestos demostraban la voluntad de luchar contra la enfermedad hasta el último momento.

En este período se advirtió la pérdida considerable de peso, consecuencia de las dificultades para ingerir alimentos sólidos, que forzaron a los médicos a instalarle una sonda nasogástrica para poder aportarle calorías. La salud del Papa estaba ya deteriorada aunque su corazón seguía latiendo con fuerza. En su agonía, los partes médicos hablaban ya de bajadas de tensión , alta fiebre e insuficiencias cardiovascular y renal. Hasta que llegó el fallo multiorgánico fueron muchas las agencias de noticias y medios de comunicación que se dedicaron a difundir y multiplicar noticias falsas sobre su saludo que el Vaticano se vio obligado a desmentir.

Temas

En Sociedad

    0
    comentarios