L D (EFE) Alonso ha volado en el desierto de Bahrein, donde no se ha dejado impresionar por el estreno del nuevo F2005 de Schumi. El genial piloto asturiano ha asestado un importante golpe psicológico a sus rivales, que puede convertirse en un gancho a la mandíbula si logra la tercera victoria de su aún incipiente carrera deportiva. Especialista en optimizar al máximo sus recursos, Alonso exprimía la rentabilidad de un R25 cuyas prestaciones se potencian con las de los neumáticos que lo calzan (Michelín) e invitan a soñar en gestas deportivas de dimensiones incalculables.
Las nuevas reglas lo sacaron a relucir: esta vez aceleraron todos en igualdad de condiciones, con el combustible justo; y bajo un sol de justicia -se alcanzaron los 42 grados- el calculador Alonso volvió a brillar. El de Oviedo cubrió los 4.517 metros del circuito de Sakhir en un tiempo de un minuto, 29 segundos y 848 milésimas, 145 menos que Trulli -al que el viernes ya había señalado como hombre a vigilar-. Pilotó con destreza a una media de casi 217 kilómetros a la hora, con lo que logró la mitad de la que puede ser la quinta pole de su carrera deportiva, después de las que anotó en Malasia y Hungría hace dos años -donde se convirtió en el piloto más joven de la historia en ganar una carrera de Fórmula Uno, con 22 años y 27 días-; la de Magny Cours el año pasado y la de Sepang, de nuevo en Malasia, de hace dos semanas.
Al otro español, Pedro Martínez De la Rosa, por su condición de debutante, le tocó salir el primero en la crono y barrer la pista de Sakhir -que, enclavada en el desierto, es propensa a llenarse de arena y polvo-, algo que no le ayudó demasiado. El catalán, sustituto en McLaren del colombiano Juan Pablo Montoya, lesionado, rodó en 1:30.725 y acabó noveno. Si el barcelonés lo hizo el primero, a Alonso, que viene de ganar -de forma épica- en Malasia, le tocó arrancar el último, debido a la regla que indica que la salida en la primera sesión se efectúa en orden inverso al de la clasificación obtenida en el Gran Premio anterior.
El crack del Principado no dejó escapar su oportunidad y con un pilotaje impecable motivó de nuevo la presencia en el motorhome de Renault del mandamás del mayor espectáculo deportivo del planeta, Bernie Ecclestone, que acudió de nuevo a felicitar al carismático asturiano, para mayor regocijo de su patrón, el italiano Flavio Briatore. El británico sabe que el español se puede convertir en el mejor producto de "su" factoría. La Fórmula Uno es un gran negocio. Para inquietos y valientes. El hombre del momento es Alonso. Y el equipo de moda, Renault. Acomplejados, abstenerse.
Con anterioridad, en la segunda de las dos últimas sesiones de entrenamientos libres, el australiano Mark Webber (Williams-BMW) había batido el récord del circuito, marcando su vuelta rápida en un tiempo de un minuto, 29 segundos y 527 milésimas. Obviamente, en otras condiciones que en la sesión cronometrada. Schumacher, ganador el año pasado -Alonso fue sexto en esa ocasión, tras protagonizar una sensacional remontada en presencia del Rey Juan Carlos-, había logrado la pole en 1:30.139, en el estreno de la pista bahrainí.
El siete veces campeón mundial acompañó en la rueda de prensa oficial a Alonso y Trulli, que siguen manteniendo una excelente relación de su época de compañeros en Renault, en la que se convirtieron en una pareja inusual, al llevarse bien en un deporte extremadamente competitivo y en el que el principal 'enemigo' suele ser el compañero. Fernando y Jarno se fundieron en un emotivo abrazo al bajarse de sus monoplazas; y Schumi, al que sería de locos 'borrar' de la lista de favoritos al título final. Aunque no parece estar aún a la altura del R25, su coche funcionó. No lo hizo del todo el de su compañero brasileño Rubens Barrichello, que no pudo rodar en los ensayos libres y sólo fue el quince en la cronometrada.
Schumacher explicaba en la rueda de prensa de la FIA, que su objetivo es intentar ponerle "las cosas difíciles" a Alonso, que "parece que las tiene muy fáciles de momento", en alusión a la superioridad que demostró el guaje, que le 'metió' casi cuatro décimas. Independientemente de lo que suceda este domingo, Alonso ha dado un importantísimo salto cualitativo. Se ha ganado el respeto de las grandes estrellas del paddock. Es el deportista más admirado de España. Y en Asturias se le venera. En la festiva jornada dominical, las sidrerías del Principado estarán, de nuevo, a reventar.