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La Policía recurre a "una casualidad" para explicar que no estallara la bomba que llevó a Zougam

La Policía sostiene que la bomba que el 11-M fue recuperada en la estación de El Pozo y posteriormente fue desactivada pudo quedarse sin estallar porque "se diera la casualidad" de que en la misma zona estuviera activado un teléfono móvil con el mismo IMEI o número de serie (similar al número de bastidor de un vehículo).

La Policía sostiene que la bomba que el 11-M fue recuperada en la estación de El Pozo y posteriormente fue desactivada pudo quedarse sin estallar porque "se diera la casualidad" de que en la misma zona estuviera activado un teléfono móvil con el mismo IMEI o número de serie (similar al número de bastidor de un vehículo).
L D (EFE) Así consta en un informe de la Unidad Central de Información Exterior fechado el 29 de marzo del año pasado que figura entre los 35 tomos sobre los que el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ha alzado el secreto sumarial y que ha remitido a la comisión de investigación del Congreso de los Diputados.

En el informe se afirma que el IMEI del teléfono conectado a la bomba estaba manipulado y que "existe la posibilidad de que, cuando trató de activarse el mecanismo, al así determinarlo la hora señalada en el despertador, se diera la casualidad de que en la misma zona estuviera activado otro teléfono con el mismo IMEI". Esto "hubiera provocado que el repetidor correspondiente anulara uno de los dos, resultando anulado el de la bomba".

La tarjeta SIM del teléfono que iba supuestamente iba a activar la bomba se encontraba en el interior del aparato y fue lo que llevó a la Policía hasta Jamal Zougam, uno de los primeros detenidos en relación con el 11-M, que ni había huido ni había ocultado pruebas y seguía haciendo vida normal en su locutorio del madrileño barrio de Lavapiés.

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