L D (EFE) La declaración del ex gobernante, que fue vitoreada y recibida con gritos de "presidente, presidente", se produjo cuando uno de sus seguidores consiguió entrar en contacto con él por teléfono desde la Gobernación de Manabí y colocó el aparato junto a un micrófono, para que sus declaraciones fueran oídas por la megafonía del lugar por el resto de simpatizantes.
Gutiérrez pidió a sus seguidores del Partido Sociedad Patriótica que "no pierdan la fe" y que se "mantengan sólidamente unidos" para "seguir luchando por Manabí y el Ecuador", según una grabación de parte de las declaración que fue facilitada a la Agencia Efe por la edición de Manabí del diario ecuatoriano La Hora.
Refugiado en la embajada brasileña en Quito
Gutiérrez se negó a contestar a preguntas por teléfono de una periodista presente en la sala, aduciendo que está asilado y que esa condición se lo impide legalmente, por lo que pidió a sus seguidores que "hablen por mi", al tiempo que insistía en "sigan unidos y que Dios los ayude".
"Yo no soy un ladrón, yo no me he robado, al contrario, estaba cobrando las deudas a los ladrones, a los deudores morosos de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD, destinada a cobrar a los deudores de la banca estatal)", agregó el presidente derrocado.
Gutiérrez aseguró que "estaba evitando que se repartan las cortes de justicia y esa es la verdadera razón por la cual la oligarquía no quiere que un presidente honesto, presidente del pueblo, continúe en la Presidencia de la República".
Dudas de la OEA
La declaración de Gutiérrez, que supuestamente está refugiado en las dependencias de la Embajada brasileña en Quito, donde espera un salvoconducto para salir hacia Brasil, se produce mientras el Consejo permanente de la Organización de Estados Americanos se encuentra reunido en Washington para abordar la situación política de Ecuador.
Varios de los países miembros del organismo plantearon sus dudas sobre la legalidad y constitucionalidad de todo el proceso seguido en la destitución de Gutiérrez y la designación para sucederle de su vicepresidente, Alfredo Palacio, tras las multitudinarias protestas que se produjeron en Quito los días pasados para pedir su renuncia