L D (EFE) En una entrevista concedida al diario El País, Salgado cuenta cómo la reversión de "las situaciones claramente privatizadoras del PP" exige la aportación de recursos, pero reconoce que "no estamos en esa disposición de recursos". La ministra arremete contra de su predecesora, y explica que a pesar de "la ofensiva privatizadora del PP", reflejada "en grado máximo en la Comunidad de Madrid", la sanidad pública no corre a su juicio peligro porque hay "un claro margen de maniobra" haciendo más rentables los recursos existentes, pero "lo que está claro que los recursos tendrán que salir de los ciudadanos; para decirlo claramente, de sus impuestos".
La ministra de Sanidad no se muestra preocupada por la existencia de una sanidad privada como alternativa, pero sí le "inquieta" la posibilidad de que se consoliden "dos sanidades", una para ricos y otra para pobres, que era "el riesgo que corríamos y que este Gobierno está decidido a frenar".
Respecto a las relaciones con la industria farmacéutica, se muestra convencida de que el Gobierno del PP "se había abandonado, de alguna manera, a los objetivos de Farmaindustria", que al final había conseguido "imponer sus intereses". La ministra Salgado se precia de que ella nunca hará "un pacto con Farmaindustria; podremos suscribir acuerdos que repercutan en beneficio de los ciudadanos, pero nunca un pacto entre iguales".
Según explica, va a obligar a la industria a que parte de los incrementos de productividad reviertan en el Sistema Nacional de Salud, que es su principal comprador y "tampoco cualquier medicamento que salga al mercado se tiene que introducir en la financiación pública y, desde luego, no al precio que quiera imponer la industria farmacéutica". Además, alerta de que ya ha notado sus presiones y que todas esconden lo mismo, según sus propias palabras: "bueno, dime qué reducción del gasto quieres, pero déjame a mí que lo distribuya entre los laboratorios y entre los medicamentos; o sea, el esquema anterior, una especie de pasteleo en el que ellos controlaban el mercado".
La ministra no ha podido dejar de pronunciarse acerca de otra gran polémica, como es la relación con la Iglesia en temas tales como el preservativo, la ampliación del aborto o la investigación con embriones. Salgado apuesta por "rebajar la tensión" y considera que lo único sensato es "separar la ideología de los datos".
La ministra no ha podido dejar de pronunciarse acerca de otra gran polémica, como es la relación con la Iglesia en temas tales como el preservativo, la ampliación del aborto o la investigación con embriones. Salgado apuesta por "rebajar la tensión" y considera que lo único sensato es "separar la ideología de los datos".