L D (EFE) En un discurso antes de la firma el primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, cuyo país preside este semestre la UE, dijo que "hoy ponemos fin a ese funesto decreto de la postguerra que dividió Europa en dos. Hoy celebramos el reencuentro entre la historia y la geografía europeas".
Con la adhesión de los dos países, que está previsto que se materialice el 1 de enero de 2007, la UE completa su quinta ampliación, iniciada en mayo pasado con el ingreso de diez nuevos socios, ocho de ellos antiguos miembros del extinto bloque comunista del Este. "Esta ampliación es la que se registrará en la historia como la de la reunificación de Europa", señaló el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, afirmó que ambos países han aceptado un gran desafío "al elegir la democracia y la Unión Europea". Borrell recordó que Bulgaria y Rumanía tendrán ahora dos años hasta que la adhesión entre en vigor, en los que podrá ser invocada una cláusula de salvaguarda que retrasará su ingreso en un año, hasta 2008, si incumplen los compromisos adquiridos con la UE.
Tanto la Comisión como el Parlamento Europeo se han comprometido a ayudar a los dos países a conseguir sus objetivos. Todos los líderes europeos coincidieron en señalar "el difícil camino" seguido por Bulgaria y Rumanía en su camino hacia Europa, en el que "tuvieron que remodelar sus sistemas económicos y sociales para adaptarse a las normas europeas", señaló Juncker. "De aquí a su ingreso quedan muchos progresos por realizar", añadió el primer ministro luxemburgués.
Entre otras cosas, la UE exige a Bulgaria y Rumanía que refuercen la independencia de su sistema judicial y hagan mayores esfuerzos para combatir la corrupción, y a Rumanía que adopte medidas para controlar su frontera, que será la más larga de la Unión Europea. El primer ministro búlgaro, Simeón de Sajonia-Coburgo, declaró durante la ceremonia que su país "se centrará en las reformas pendientes con constancia y pragmatismo" y afirmó que Bulgaria "será un socio constructivo de la UE".
Por su parte, el primer ministro rumano, Traian Basescu, calificó el ingreso en la UE como "el cumplimiento de un sueño" y aseguró que su país "tomará con gran seriedad su futuro papel de guardián de una gran parte de la frontera oriental de la Unión". Basescu, que comparó la ceremonia de este lunes como una de compromiso, expresó su confianza en que "el mismo espíritu de familia continúe en los meses a venir para que el matrimonio pueda tener lugar como está planeado". El tratado firmado este lunes tiene que ser ratificado por los Parlamentos búlgaro y rumano y por los veinticinco países miembros de la UE.
El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, afirmó que ambos países han aceptado un gran desafío "al elegir la democracia y la Unión Europea". Borrell recordó que Bulgaria y Rumanía tendrán ahora dos años hasta que la adhesión entre en vigor, en los que podrá ser invocada una cláusula de salvaguarda que retrasará su ingreso en un año, hasta 2008, si incumplen los compromisos adquiridos con la UE.
Tanto la Comisión como el Parlamento Europeo se han comprometido a ayudar a los dos países a conseguir sus objetivos. Todos los líderes europeos coincidieron en señalar "el difícil camino" seguido por Bulgaria y Rumanía en su camino hacia Europa, en el que "tuvieron que remodelar sus sistemas económicos y sociales para adaptarse a las normas europeas", señaló Juncker. "De aquí a su ingreso quedan muchos progresos por realizar", añadió el primer ministro luxemburgués.
Entre otras cosas, la UE exige a Bulgaria y Rumanía que refuercen la independencia de su sistema judicial y hagan mayores esfuerzos para combatir la corrupción, y a Rumanía que adopte medidas para controlar su frontera, que será la más larga de la Unión Europea. El primer ministro búlgaro, Simeón de Sajonia-Coburgo, declaró durante la ceremonia que su país "se centrará en las reformas pendientes con constancia y pragmatismo" y afirmó que Bulgaria "será un socio constructivo de la UE".
Por su parte, el primer ministro rumano, Traian Basescu, calificó el ingreso en la UE como "el cumplimiento de un sueño" y aseguró que su país "tomará con gran seriedad su futuro papel de guardián de una gran parte de la frontera oriental de la Unión". Basescu, que comparó la ceremonia de este lunes como una de compromiso, expresó su confianza en que "el mismo espíritu de familia continúe en los meses a venir para que el matrimonio pueda tener lugar como está planeado". El tratado firmado este lunes tiene que ser ratificado por los Parlamentos búlgaro y rumano y por los veinticinco países miembros de la UE.