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Marín amenaza con suspender la sesión de control tras confesar que le “aburren”

El presidente del Congreso, Manuel Marín, y el Grupo Popular mantuvieron este miércoles un sonoro enfrentamiento en la sesión plenaria de control, con dos llamadas al orden al ex ministro Federico Trillo y la amenaza de suspender el Pleno. Tras otro encontronazo con Zaplana, que intentó defender a Trillo, Marín confesó que este tipo de sesiones broncas le aburren "política, intelectual y personalmente". ¡Pues vete, dimite!, le respondieron algunos parlamentarios a gritos.

El presidente del Congreso, Manuel Marín, y el Grupo Popular mantuvieron este miércoles un sonoro enfrentamiento en la sesión plenaria de control, con dos llamadas al orden al ex ministro Federico Trillo y la amenaza de suspender el Pleno. Tras otro encontronazo con Zaplana, que intentó defender a Trillo, Marín confesó que este tipo de sesiones broncas le aburren "política, intelectual y personalmente". ¡Pues vete, dimite!, le respondieron algunos parlamentarios a gritos.
L D (Europa Press) Al contrario de lo que ocurrió hace una semana, la bronca no se suscitó en el duelo parlamentario entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, que curiosamente este miércoles transcurrió sin el más mínimo incidente, sino que se desató después, cuando los populares Angel Acebes y Eduardo Zaplana preguntaban a la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega. Acebes varió sobre la marcha la pregunta a la vicepresidenta y pidió explicaciones sobre las noticias de prensa que hablan de supuestos contactos entre socialistas y Batasuna, asunto que Fernández de la Vega eludió contestar.
 
Los diputados del PP comenzaron a pedir a la vicepresidenta que se ciñera a la pregunta de Acebes --"¡Contesta, contesta!, ¡¿Sí o no?! o ¡Vete a Marruecos!, le gritaban--, lo que obligó a intervenir a Marín para rogar silencio. En vista de que los populares seguían con los murmullos, el presidente elevó el tono quejándose de que en todas las sesiones de control se repite "sistemáticamente" la misma situación. "No se puede estar permanentemente interrumpiendo", enfatizó. "¡No te enfades, Manolo!", le pidió un diputado del PP al presidente.
 
Carcajadas ante las alabanzas a Zapatero
 
En la siguiente pregunta, la que correspondía a Zaplana y que versaba sobre encuestas del CIS, la cosa fue a más y cuando la vicepresidenta refería los datos positivos de Zapatero en la opinión pública -dijo que Zapatero es visto como el más eficaz, el más honesto, el más flexible, con más autoridad y hasta el más simpático y lo comparó con Rajoy-, los diputados del PP respondían con sonoras carcajadas y algunos le pedían "¿puedes repetirlo?". Marín llamó al orden dos veces consecutivas al ex ministro Federico Trillo, uno de los diputados que se estaba riendo. Cuando intentó pedir la palabra, fue severamente reprendido por Marín: "Usted debería dar ejemplo --le gritó--. Respete a este presidente!". El tono se elevó de tal manera que Marín amenazó con suspender la sesión, lo que fue respondido con bromas desde el Grupo Popular: "¡Qué susto, qué susto!", le gritaban desde los bancos del PP. "Terminen con esta actitud que tanto daño hace al Parlamento", replicó el presidente.
 
En ese contexto, pidió la palabra el portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, para quejarse de la actitud de Marín, que al principio le fue negada entre gritos de "¡autoritario!". Cuando le fue concedida, Zaplana replicó que "es la segunda ocasión en que llama al orden dos veces a un miembro de mi grupo sin que haya habido ningún hecho que lo justifique", denunció, en alusión a los incidentes de la semana anterior. Zaplana exigió al presidente "observancia al reglamento" y "no amedrentar" a los diputados del PP.

Marín, bajando el tono, recordó que los debates los dirige el presidente, que es quien tiene la responsabilidad de constatar cuándo llamar al orden una o dos veces, "sea quien sea". Agregó que, desde su posición, no le costaría "ningún trabajo demostrar cómo se molesta y se impide el normal desarrollo de las sesiones", pero insistió en que este tipo de sesiones broncas le aburren "política y personalmente" y que sólo sirven para dañar al Parlamento en su conjunto y a los diputados como colectivo. "¡Pues vete, dimite!", le respondieron algunos parlamentarios.

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