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La solidaridad interterritorial, según Maragall

El nuevo modelo de financiación autonómica propuesto por la Generalidad contempla un mecanismo de solidaridad aún no definido en cifras –y que se pactará en la ponencia del Estatuto– que supondrá una aportación progresiva al Estado en función de las necesidades de gasto y el esfuerzo fiscal y que se revisará cada cinco años.

El nuevo modelo de financiación autonómica propuesto por la Generalidad contempla un mecanismo de solidaridad aún no definido en cifras –y que se pactará en la ponencia del Estatuto– que supondrá una aportación progresiva al Estado en función de las necesidades de gasto y el esfuerzo fiscal y que se revisará cada cinco años.
LD (Agencias) La intención de la Generalidad es que esfuerzo fiscal de las comunidades autónomas que pagan más impuestos redunde, en parte, en beneficio de la región. Así, la aportación autonómica se realizaría teniendo en cuenta los niveles de gasto que soporta Cataluña y que incluyen variables como la población, el envejecimiento de la sociedad que tiene efectos sobre el gasto sanitario y los flujos migratorios.
 
El mecanismo también tendría en cuenta los impuestos que pagan los ciudadanos catalanes y aspectos como los peajes.
 
La fórmula propuesta por la Generalidad debería ser plenamente efectiva en el plazo de cinco años. El objetivo es una aplicación gradual del nuevo sistema de financiación para paliar el actual déficit fiscal que soporta Cataluña respecto al conjunto de España y equipararse en un plazo de 15 años con los resultados obtenidos con el modelo del concierto económico del País Vasco. Así, el nuevo modelo de financiación se actualizaría de manera quinquenal.

Asimismo, la Generalidad aprovecha también para pedir que las inversiones en infraestructuras sean proporcionales al peso del PIB de Cataluña en el conjunto de España, que se sitúa en la actualidad en el 19 por ciento, y también que se tenga en cuenta una compensación por el déficit acumulado.

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