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Francotiradores uzbekos matan a veinte opositores en las protestas contra el presidente Karímov

Islam Karímov, presidente de Uzbekistán, se encuentra en la ciudad de Andizhán para negociar con los líderes de grupos y partidos de corte islámico que están dirigiendo los desordenes y actos violentos para exigir la renuncia del Gobierno en pleno. Según fuentes oficiales, la revuelta se ha saldado hasta el momento con 29 muertos. Los inconformes, fuertemente armados, asaltaron un cuartel militar y una cárcel liberando hasta cuatro mil reos.

LD (EFE) El presidente de Uzbekistán, Islam Karímov, mantiene negociaciones con dirigentes que protagonizan una revuelta en las calles y, el jueves por la noche, tomaron por asalto un cuartel militar y la prisión de la ciudad oriental de Andizhán. Los contactos fueron confirmado por un portavoz del servicio de prensa del Gobierno de Uzbekistán, quien añadió que "puedo confirmar que el presidente mantiene negociaciones en Andizhán, aunque aún no puedo precisar con quién concretamente".
 
Según informó el servicio de prensa de la presidencia de Uzbekistán, como resultado de los asaltos contra el cuartel militar y la cárcel han muerto nueve personas y resultaron heridas otras 34. El periódico por Internet Gazeta.ru menciona que durante las primeras horas de la manifestación en la ciudad fueron asesinadas veinte personas y heridas otras treinta por disparos de francotiradores y policías que posteriormente fueron neutralizados y tomados como rehenes.
 
Entre tanto, testigos presenciales informan de que el centro de la ciudad está totalmente cercado por tropas y blindados y es sobrevolado por helicópteros artillados. El escenario de los desórdenes son unas tres o cuatro calles y la plaza central, con miles de manifestantes, y la administración regional, tomada por los opositores.
 
Otros edificios de los servicios de seguridad y la cárcel municipal también se encuentran ocupados. Los manifestantes que controlaron la cárcel cuentan con tres vehículos blindados y han liberado a 23 empresarios islámicos que esperaban ser sometidos a juicio. En respuesta, unidades militares han tomado por asalto la escuela donde se había atrincherado un grupo de hombres armados. Cerca de allí, arde el edificio del teatro dramático.
 
Los manifestantes se limitan a pasar uno al otro los altavoces para formular sus exigencias, cuya esencia consiste en "la demanda de cambio de poder". Varios testigos han indicado que en la sede de la administración regional hay una decena de hombres armados. Según han admitido ante varios medios de comunicación, estarían relacionados con la proscrita organización islámica Akramiya, fundada por Akram Yuldashev, quien cumple una pena de quince años de cárcel por delitos de terrorismo.
 
"Somos tres mil desesperados y otros treinta mil habitantes de la ciudad", dijo Sharif Shakírov, uno de los líderes de la revuelta a la página digital Centrasia.ru. Añadió que los manifestantes no exigen la dimisión de Karímov, pero sí del Gobierno, así como la liberación de todos los presos procesados por razones religiosas o políticas. Mientras, Jazrantkul Judyberdiel, uno de los políticos opositores uzbekos más conocidos, llamó a las fuerzas del orden a pasarse al lado de los "sublevados de Andizhán"

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