L D (Agencias) El ministro del Interior, José Antonio Alonso , dijo que el presidente del PP y los grupos parlamentarios de este partido saben que "no hubo ni la más mínima interferencia política" en el origen de las diligencias policiales que llevaron a la detención de dos afiliados de Las Rozas únicamente por aparecer junto al ministro José Bono en una manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo.
Alonso, que lo primero que hizo al llegar al cargo acusó a su antecesor Ángel Acebes de imprevisión política en el 11-M, dice ahora que cuando el PSOE estaba en la oposición "jamás se permitió la campaña de insultos y descalificaciones y el intento de destrucción política en la que algunos miembros de su proyecto político han empeñado contra este ministro del Interior". Tras expresar su respeto al PP como institución política y "a la inmensa mayoría" de sus miembros, recalcó que "esto que están haciendo no tiene nombre".
Dijo no comprender que el PP destroce "los códigos mínimos de una actividad política legítima y menos metiéndose de esta manera con un ministro" que, recordó, ha dedicado toda su vida profesional a la defensa de los derechos y las libertades. Alonso también defendió al delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez , y dijo que no tiene ningún motivo para no creerle y señaló que la actuación de toda la estructura política del Ministerio del Interior "fue limpia, absolutamente respetuosa con la Constitución y con las leyes" y "completamente honesta".
Por su parte, la senadora Rosa Vintel acusó al ministro de "no haber hecho nada" y de haber preferido "colocarse al lado de los que cercenan los derechos fundamentales de dos pacíficos ciudadanos que estaban ejerciendo un derecho constitucional". Vintel calificó la detención de los dos militantes del PP de "episodio bochornoso y repugnante en un Estado de Derecho" y destacó la necesidad de "depurar" la responsabilidad política porque de lo contrario "nos encontraríamos ante un acto impune de persecución política de la oposición".
Tras manifestar que "no cabe la policía de partido", la senadora popular dijo al ministro que si persiste en su actitud "no queda más salida que pedirle su dimisión". Consideró asombroso que el delegado del Gobierno en Madrid siga en su puesto cuatro meses después y señaló que "ha llegado el momento de que este Gobierno se baje de ese pedestal de soberbia intelectual" y rectifique "antes de que el daño sea mayor".
Alonso, que lo primero que hizo al llegar al cargo acusó a su antecesor Ángel Acebes de imprevisión política en el 11-M, dice ahora que cuando el PSOE estaba en la oposición "jamás se permitió la campaña de insultos y descalificaciones y el intento de destrucción política en la que algunos miembros de su proyecto político han empeñado contra este ministro del Interior". Tras expresar su respeto al PP como institución política y "a la inmensa mayoría" de sus miembros, recalcó que "esto que están haciendo no tiene nombre".
Dijo no comprender que el PP destroce "los códigos mínimos de una actividad política legítima y menos metiéndose de esta manera con un ministro" que, recordó, ha dedicado toda su vida profesional a la defensa de los derechos y las libertades. Alonso también defendió al delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez , y dijo que no tiene ningún motivo para no creerle y señaló que la actuación de toda la estructura política del Ministerio del Interior "fue limpia, absolutamente respetuosa con la Constitución y con las leyes" y "completamente honesta".
Por su parte, la senadora Rosa Vintel acusó al ministro de "no haber hecho nada" y de haber preferido "colocarse al lado de los que cercenan los derechos fundamentales de dos pacíficos ciudadanos que estaban ejerciendo un derecho constitucional". Vintel calificó la detención de los dos militantes del PP de "episodio bochornoso y repugnante en un Estado de Derecho" y destacó la necesidad de "depurar" la responsabilidad política porque de lo contrario "nos encontraríamos ante un acto impune de persecución política de la oposición".
Tras manifestar que "no cabe la policía de partido", la senadora popular dijo al ministro que si persiste en su actitud "no queda más salida que pedirle su dimisión". Consideró asombroso que el delegado del Gobierno en Madrid siga en su puesto cuatro meses después y señaló que "ha llegado el momento de que este Gobierno se baje de ese pedestal de soberbia intelectual" y rectifique "antes de que el daño sea mayor".