LD (EFE) La Comisión de Tarifas Aduaneras del Consejo de Estado chino ha decidido también restringir las exportaciones de hilo de lino, reducir la tasa original impuesta en tres variedades de pantalones cortos, calzoncillos y bragas, y la abolición completa de la tarifa para accesorios de ropa de punto, según ha informado la agencia estatal Xinhua.
Con estas medidas, intenta China calmar los temores de Estados Unidos y la Unión Europea, que en los últimos días reiteraron la necesidad de poner freno a la avalancha de productos textiles chinos hacia sus mercados.
Washington elevó esta semana a siete las categorías textiles que sufrirán restricciones para acceder al mercado estadounidense, entre las que se encuentran pantalones de fibra de hombre, camisas de algodón y de fibra, blusas y productos de hilo. Las medidas "de emergencia" estadounidenses pretenden limitar el impacto de las baratas exportaciones chinas, que aumentaron hasta un 1.500 por ciento tras el final de las cuotas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) el pasado 1 de enero.
También la UE abrió una investigación de salvaguarda y está estudiando imponer límites a las ventas chinas, que someten a graves presiones al sector textil europeo, incapaz de competir con los bajos precios del gigante asiático. "Preferimos que China restrinja voluntariamente sus exportaciones", declaró a EFE la portavoz del comisario de Comercio, Peter Mandelson la semana pasada, cuando un equipo negociador de la UE viajó a Pekín para buscar una fórmula que permita "el crecimiento ordenado del mercado textil mundial".
La magnitud de las limitaciones chinas ha sorprendido a los analistas en Pekín, un día después de que el ministro de Comercio, Bo Xilai, anunciara que China no adoptará "más medidas" para frenar sus exportaciones. Consideró Bo "injustas" y "proteccionistas" las limitaciones que Washington y Bruselas intentaban imponerle, y recordó que los beneficios del comercio textil se reparten no sólo entre los fabricantes sino también los importadores, minoristas y consumidores finales.
Casi la mitad de los productos textiles chinos los fabrican las multinacionales aquí instaladas, agregó el ministro, que hasta el jueves había aguantado la presión internacional. La imposición de frenos "voluntarios" por parte de China está contemplada en el protocolo de acceso de este país a la OMC (2001), que prevé el derecho de Pekín a autolimitarse antes de que sus socios comerciales impongan medidas de salvaguarda. Bo Xilai recordó, sin embargo, esta misma semana, que poner freno al libre comercio "mina la solidez de las normas de la OMC" y los principios de la libre competencia.
Con estas medidas, intenta China calmar los temores de Estados Unidos y la Unión Europea, que en los últimos días reiteraron la necesidad de poner freno a la avalancha de productos textiles chinos hacia sus mercados.
Washington elevó esta semana a siete las categorías textiles que sufrirán restricciones para acceder al mercado estadounidense, entre las que se encuentran pantalones de fibra de hombre, camisas de algodón y de fibra, blusas y productos de hilo. Las medidas "de emergencia" estadounidenses pretenden limitar el impacto de las baratas exportaciones chinas, que aumentaron hasta un 1.500 por ciento tras el final de las cuotas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) el pasado 1 de enero.
También la UE abrió una investigación de salvaguarda y está estudiando imponer límites a las ventas chinas, que someten a graves presiones al sector textil europeo, incapaz de competir con los bajos precios del gigante asiático. "Preferimos que China restrinja voluntariamente sus exportaciones", declaró a EFE la portavoz del comisario de Comercio, Peter Mandelson la semana pasada, cuando un equipo negociador de la UE viajó a Pekín para buscar una fórmula que permita "el crecimiento ordenado del mercado textil mundial".
La magnitud de las limitaciones chinas ha sorprendido a los analistas en Pekín, un día después de que el ministro de Comercio, Bo Xilai, anunciara que China no adoptará "más medidas" para frenar sus exportaciones. Consideró Bo "injustas" y "proteccionistas" las limitaciones que Washington y Bruselas intentaban imponerle, y recordó que los beneficios del comercio textil se reparten no sólo entre los fabricantes sino también los importadores, minoristas y consumidores finales.
Casi la mitad de los productos textiles chinos los fabrican las multinacionales aquí instaladas, agregó el ministro, que hasta el jueves había aguantado la presión internacional. La imposición de frenos "voluntarios" por parte de China está contemplada en el protocolo de acceso de este país a la OMC (2001), que prevé el derecho de Pekín a autolimitarse antes de que sus socios comerciales impongan medidas de salvaguarda. Bo Xilai recordó, sin embargo, esta misma semana, que poner freno al libre comercio "mina la solidez de las normas de la OMC" y los principios de la libre competencia.