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Carod dice que no hubo intención de ofender a nadie con la foto de la corona de espinas

El líder de Esquerra Republicana de Cataluña, Josep Lluís Carod-Rovira, aseguró este domingo a EFE que no tenía noticia de haber herido la sensibilidad de la comunidad cristiana en Tierra Santa, a la vez que dijo "respetar las convicciones de todas las personas".

L D (EFE) Rovira hizo estas afirmaciones después de que la Custodia de Tierra Santa exigiera este domingo explicaciones al Gobierno autónomo de Cataluña por la polémica fotografía en la que el líder republicano aparece bromeando con una corona de espinas cerca del Santo Sepulcro de Jerusalén, y que le fue tomada por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. "No tenía noticia de esto y no veo que en ningún momento hubiera intención ofender a nadie", aseguró Rovira al referirse a las explicaciones que exige la Custodia de Tierra Santa, que se ha mostrado "gravísimamente disgustada por los hechos", que considera "una bofetada para la sensibilidad de los cristianos de Jerusalén y de todo el mundo".

"Me parecería, digamos, una interpretación equivocada. En ningún momento nadie tuvo la más mínima intención de ofender las convicciones de nadie que, por otra parte, respeto absolutamente", aclaró el representante político. Maragall y Rovira concluyeron en Jerusalén la visita de cuatro días a Oriente Medio con una entrevista con el presidente de Israel, Moshé Kastav, en su residencia oficial de Jerusalén.

Los miembros del tripartito catalán tuvieron ocasión de analizar con el presidente israelí la situación en la zona, así como la publicación de un manual para profesores de secundaria de Barcelona en el que se compara el Holocausto con la construcción del muro de separación que Israel construye en buena parte de Cisjordania. En el documento, sobre el que el embajador israelí ha pedido explicaciones al alcalde de Barcelona, Joan Clos, se minimiza la muerte de 6 millones de judíos durante el régimen nazi para describir por otro lado, el envío de 5.000 republicanos españoles al campo de concentración de Mauthausen.

Maragall afirmó que durante la reunión con Kastav puso sobre la mesa la cuestión del manual y destacó que aún se trata de un proyecto que es sometido a análisis. "Es un libro que está en revisión, como explicó el alcalde de Barcelona, y que por otra parte no es autoría municipal sino que es de un catedrático de universidad", aclaró el presidente de la Generalidad.

Subrayó que durante la entrevista con el presidente del Estado Judío tuvo la ocasión de "intercambiar opiniones sobre la situación en el Mediterráneo en general, y concretamente respecto del estado de salud de la Conferencia Euro-mediterránea de Barcelona y del proceso de Barcelona" "Nos hemos propuesto -afirmó- convocarnos mutuamente en Barcelona en el mes de noviembre para ver si, diez años más tarde, los proyectos y sueños que entonces se formularon pueden convertirse en realidad", puntualizó. Maragall expresó sentirse "reconfortado" al conocer de "primera mano que los muros que se han construido son temporales", en alusión al muro de separación israelí.

Por su parte, Rovira, ha tenido ocasión de analizar con el presidente del Instituto Ibérico en Israel, Hertzel Inbar, quien fue embajador en Madrid, la cuestión de los "ulpanim" o centros en los que se imparte de forma intensiva el hebreo a los inmigrantes recién llegados a Israel de forma gratuita y durante cuatro meses. "Aspectos de la iniciativa israelí pueden ser de interés para una sociedad como la catalana, que recoge en estos momentos una cuarta parte del total de inmigración de todo el estado español, con procedencias lingüísticas, sociales, culturales y geográficas cada vez más diversas", manifestó.

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