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Juncker promete dimitir si el "no" al tratado constitucional triunfa en el referéndum de Luxemburgo

El primer ministro luxemburgués y actual presidente de la UE, Jean-Claude Juncker, reiteró que dimitirá si los ciudadanos de su país rechazan la Constitución Europea en el referéndum que se celebrará el diez de julio. En Bruselas, la Comisión Europea (CE) llamó a la "calma" y mantuvo su postura oficial en favor de mantener el proceso de ratificación. En cambio, el ex presidente José María Aznar considera una excentricidad mantener el calendario tras la negativa de Francia y Holanda. Irlanda, por su parte, ha puesto en duda la celebración de la consulta.

El primer ministro luxemburgués y actual presidente de la UE, Jean-Claude Juncker, reiteró que dimitirá si los ciudadanos de su país rechazan la Constitución Europea en el referéndum que se celebrará el diez de julio. En Bruselas, la Comisión Europea (CE) llamó a la "calma" y mantuvo su postura oficial en favor de mantener el proceso de ratificación. En cambio, el ex presidente José María Aznar considera una excentricidad mantener el calendario tras la negativa de Francia y Holanda. Irlanda, por su parte, ha puesto en duda la celebración de la consulta.
LD (EFE) En una rueda de prensa celebrada durante el inicio oficial de la campaña del referéndum sobre el tratado para dotar a la Unión Europea de una Constitución, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, ha afirmado que dimitirá si el "no" triunfa.
 
Juncker ya había anunciado ese propósito antes de los resultados negativos registrados en Francia y Holanda. La población luxemburguesa tradicionalmente es partidaria de la construcción europea, pero según un sondeo publicado recientemente, los adversarios de la Carta Magna están ganando terreno.
 
En Bruselas, la Comisión Europea renovó su llamamiento a la "calma" y mantuvo su postura oficial en favor de mantener el proceso de ratificación. Según publica el diario británico Financial Times, en el debate interno que la CE mantuvo el pasado miércoles para analizar los efectos del "no" francés y del entonces previsible "no" holandés, varios comisarios sugirieron parar el proceso para evitar que una avalancha de "noes" dañe a largo plazo el proyecto europeo.
 
Así, el responsable de Comercio, el laborista británico Peter Mandelson, habría abogado por "pulsar el botón de pausa" ya que la prioridad debe ser "la supervivencia y la reactivación" del sueño europeo. Su colega de Industria, el socialista alemán Gunter Verheuguen, habría alertado por su parte del riesgo de que Europa afronte "dos años de incertidumbre si continuamos con los referendos" y señaló que el peso de los votos contra la Constitución podría desbaratar la agenda de reformas económicas proyectadas por la Unión.
 
Mientras, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el socialista español Joaquín Almunia, habría defendido que "ha llegado la hora de preparar un plan B". La portavoz del Ejecutivo comunitario, Francoise Le Bail, no confirmó ni desmintió la veracidad de esas declaraciones, aunque reconoció que el presidente, José Manuel Durao Barroso, había promovido "una tormenta de ideas" entre sus comisarios para definir la posición oficial de la Comisión Europea.

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