L D (EFE) Vaca Díez manifestó que Bolivia vive un "momento crítico" y agregó que la renuncia de Mesa obliga al Congreso a reunirse para tomar una decisión al respecto, pero para ello "es necesaria la normalización democrática". La última decisión de Mesa de presentar nuevamente su renuncia –el pasado marzo también dimitió y el Congreso no la aceptó– no dio los frutos esperados por el gobernante, quien confió en que con esta acción se pondría fin a las protestas.
Pero el presidente boliviano ha sido incapaz de impedir que Bolivia amaneciera este martes con nuevos bloqueos y marchas convocadas por los líderes sociales que exigen la nacionalización del gas y la convocatoria a una Asamblea Constituyente. A los campesinos, obreros y maestros que invaden las calles de La Paz y El Alto desde hace semanas se unieron este martes decenas de mineros llegados en camiones desde Oruro, a 230 kilómetros al sudeste de La Paz, y cargados de dinamita, tras conseguir traspasar los bloqueos con el beneplácito de los campesinos que mantienen cerradas las carreteras nacionales.
Al amanecer, los manifestantes ya habían bloqueado los accesos que comunican el aeropuerto de El Alto con La Paz, dibujando una vez más la ya tradicional escena dantesca de viajeros portando sus maletas a hombros y descendiendo por los senderos angostos para poder alcanzar la ciudad paceña. El Alto, una de las ciudades más afectadas por los bloqueos y donde los sindicatos tienen una fuerte presencia, vive desde hace tres semanas una huelga que se cumple de forma desigual con barricadas de piedras, basura y fuego en sus calles, y viandantes a pie por la falta de transporte.
Al mediodía, los alrededores de la Plaza Murillo, sede del Palacio de Gobierno y del Congreso, en La Paz, fueron ocupados por efectivos militares que, de acuerdo a la televisión local, "no estarían armados con balas, pero sí con balines (de goma), aunque por el momento no tienen autorización para disparar". Los enfrentamientos no se hicieron esperar y, mientras los mineros arrojaban los tradicionales "cachorros" de dinamita y piedras, las fuerzas de seguridad respondían con gases lacrimógenos y con detenciones. El fogueo no cesó en el centro de La Paz durante buena parte de la mañana mientras la urbe se cubría con una tupida nube de humo, que coincidía con un llamamiento de los medios locales a los paceños para que no salgan a las calles ni se asomen a las ventanas.
Los medios también informaron de varias detenciones y hablaban de algunos heridos, sin confirmar por fuentes oficiales. Asimismo las escuelas siguen cerradas y el Gobierno anunció hoy el adelanto de las vacaciones escolares de invierno a causa de la grave situación que vive el país. La falta de transporte por las huelgas y de abastecimiento de combustible ahondaron este sombrío panorama, en el que los mercados ya no disponen de carne para vender y los precios del pollo y las verduras se han duplicado en los últimos días.
Los ciudadanos de La Paz hicieron el lunes acopio de agua y conservas ante el temor de que empiecen a escasear estos bienes, y después de que se anunciaran cortes de agua en la ciudad, que finalmente no se produjeron. Según el Servicio Nacional de Caminos, las rutas internas del país están bloqueadas en cerca de un centenar de puntos en los nueve departamentos del país. A ello se unen las huelgas que iniciaron hoy la Alcaldía de La Paz y los transportistas, mientras las juntas vecinales se organizan y crean grupos de autodefensa, convencidos de que no tienen quien les proteja.
Pero el presidente boliviano ha sido incapaz de impedir que Bolivia amaneciera este martes con nuevos bloqueos y marchas convocadas por los líderes sociales que exigen la nacionalización del gas y la convocatoria a una Asamblea Constituyente. A los campesinos, obreros y maestros que invaden las calles de La Paz y El Alto desde hace semanas se unieron este martes decenas de mineros llegados en camiones desde Oruro, a 230 kilómetros al sudeste de La Paz, y cargados de dinamita, tras conseguir traspasar los bloqueos con el beneplácito de los campesinos que mantienen cerradas las carreteras nacionales.
Al amanecer, los manifestantes ya habían bloqueado los accesos que comunican el aeropuerto de El Alto con La Paz, dibujando una vez más la ya tradicional escena dantesca de viajeros portando sus maletas a hombros y descendiendo por los senderos angostos para poder alcanzar la ciudad paceña. El Alto, una de las ciudades más afectadas por los bloqueos y donde los sindicatos tienen una fuerte presencia, vive desde hace tres semanas una huelga que se cumple de forma desigual con barricadas de piedras, basura y fuego en sus calles, y viandantes a pie por la falta de transporte.
Al mediodía, los alrededores de la Plaza Murillo, sede del Palacio de Gobierno y del Congreso, en La Paz, fueron ocupados por efectivos militares que, de acuerdo a la televisión local, "no estarían armados con balas, pero sí con balines (de goma), aunque por el momento no tienen autorización para disparar". Los enfrentamientos no se hicieron esperar y, mientras los mineros arrojaban los tradicionales "cachorros" de dinamita y piedras, las fuerzas de seguridad respondían con gases lacrimógenos y con detenciones. El fogueo no cesó en el centro de La Paz durante buena parte de la mañana mientras la urbe se cubría con una tupida nube de humo, que coincidía con un llamamiento de los medios locales a los paceños para que no salgan a las calles ni se asomen a las ventanas.
Los medios también informaron de varias detenciones y hablaban de algunos heridos, sin confirmar por fuentes oficiales. Asimismo las escuelas siguen cerradas y el Gobierno anunció hoy el adelanto de las vacaciones escolares de invierno a causa de la grave situación que vive el país. La falta de transporte por las huelgas y de abastecimiento de combustible ahondaron este sombrío panorama, en el que los mercados ya no disponen de carne para vender y los precios del pollo y las verduras se han duplicado en los últimos días.
Los ciudadanos de La Paz hicieron el lunes acopio de agua y conservas ante el temor de que empiecen a escasear estos bienes, y después de que se anunciaran cortes de agua en la ciudad, que finalmente no se produjeron. Según el Servicio Nacional de Caminos, las rutas internas del país están bloqueadas en cerca de un centenar de puntos en los nueve departamentos del país. A ello se unen las huelgas que iniciaron hoy la Alcaldía de La Paz y los transportistas, mientras las juntas vecinales se organizan y crean grupos de autodefensa, convencidos de que no tienen quien les proteja.